La decisión fue tomada después de que un estudio reciente mostrara que la población de cotorras había pasado de 9.000 ejemplares hace tres años a 12.000 en la actualidad. En 2005, solo había 1.700 de estos pájaros en la capital.
De momento, esta especie invasora está compitiendo con otras especies por la comida. También está dañando el medio ambiente porque construye enormes nidos a base de palos y demás materiales. También representan un riesgo para la salud pública, ya que pueden transmitir enfermedades como la psitacosis (la fiebre del loro), la gripe aviar y la salmonela a los seres humanos.
Las autoridades han recibido 197 quejas referentes a estas aves solo entre enero y finales de agosto de 2019, frente a las 218 durante todo el 2018.
Sus nidos pueden llegar a pesar hasta 200 kg, de acuerdo al Ayuntamiento, lo que representa una amenaza para las ramas de los árboles que los soportan y también para las personas, sobre cuyas cabezas podrían acabar cayendo.
Las autoridades de la ciudad están trabajando con la Sociedad Española de Ornitología para preparar una 'erradicación humanitaria' y esterilizar sus huevos durante los próximos meses.