"Los vuelos tripulados se realizan únicamente usando naves espaciales rusas (…) Rusia tiene su propia nave espacial y prácticamente, al día de hoy, ningún otro país posee la capacidad de lanzar otra nave espacial tripulada al espacio", afirmó Révin desde el Centro Ruso de Ciencia y Cultura (Casa de Rusia) en Buenos Aires, donde brindó una charla sobre su trayectoria.
Eso significa que "los pilotos de Rusia y de Estados Unidos, los de Agencia Espacial Europea, de Japón y Canadá vuelan hoy en día usando nuestras naves espaciales tripuladas", informó.
Pero, reconoció Révin, la competencia "sigue estando presente".

Aunque China tiene una nave propia, "vuelan muy poco y además no son miembros de la Estación Espacial Internacional", acotó.
Desde 1981 y durante los siguientes 30 años, "Estados Unidos llegó a emplear sus propios transbordadores espaciales, hasta que fueron dados de baja en 2011", recordó Révin.
La flota de transbordadores, afectada por la explosión del Challenger en 1986 y la desintegración del Columbia en 2003 al ingresar a la atmósfera, fue retirada en medio de un recorte de gastos de la agencia espacial estadounidense NASA.
Desde entonces, "tanto Estados Unidos como el resto de los miembros de la EEI dependen de las naves rusas y pagan por cada lugar que alquilan para que los lleven y los traigan de regreso", especificó Révin.
El cosmonauta ruso reconoció que Estados Unidos, no obstante "tiene interés en construir su propia nave espacial".
"Y creo que lograrán hacerlo en el corto plazo, así que en ese sentido, existe una competencia a pesar de que trabajamos en conjunto", contextualizó.
Cosmonauta experimental
Dos días después, la nave se acopló a la Estación Espacial Internacional, un centro de investigación considerado un prodigio de la ingeniería que sobrevuela en la órbita terrestre a 400 kilómetros de distancia.
Allí permaneció durante cuatro meses, hasta que finalmente aterrizó en Kazajistán el 17 de septiembre de 2012.
"Yo soy lo que se conoce como un cosmonauta de experimentación, y mi trabajo consiste en hacerle pruebas constantes a la nave espacial, que está siendo modernizada todo el tiempo", sostuvo.
En su intento de realizar este tipo de expediciones espaciales, los aspirantes son sometidos en total a unos 150 exámenes, entre pruebas teóricas, vuelos, salto en paracaídas o trabajos subacuáticos, según contó ante el auditorio expectante que lo escuchaba.
Révin se definió como "un piloto de pruebas" que investiga y trabaja "en los cambios constantes que se realizan sobre la nave, ya sea en las instalaciones, en las máquinas, en el software o en los motores".
"Estamos volando en el espacio pero no hacia otros planetas, sino alrededor de la órbita terrestre", relató.
Vida en el espacio
Si los equipos espaciales modernos funcionan de manera correcta, el astronauta goza en el espacio de condiciones de vida "bastante cómodas", apostilló Révin.
La alimentación, por otro lado, "es casi tan buena como en un balneario", bromeó.
El trabajo de los cosmonautas experimentales también consiste en prepararse para rescatar a sus compañeros en caso de un accidente.
"Ante la salida de otros cosmonautas en espacio abierto, y ante cualquier inconveniente, mi función habría sido el de acudir en su rescate utilizando la nave espacial", explicó.
Los transbordadores rusos ofrecen tres lugares para llegar a la EEI, que tiene un módulo para todos sus miembros espaciales, "si bien no tenemos frontera en la estación y cada uno puede trasladarse de una a otra", expresó.
Allí rotan los astronautas de la Agencia Espacial Federal Rusa, de la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, de la Agencia Espacial Canadiense, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).

Durante su disertación, Révin vistió uno de los tres trajes que tienen los astronautas rusos, de color azul, que se emplea para actos oficiales o protocolares.
Nacido en 1966 en Moscú, el cosmonauta e ingeniero físico llegó a Argentina invitado por la Universidad Nacional de San Luis, situada en esa provincia (centro).
Además de responder preguntas de los asistentes, Révin contó que dentro de dos años, Rusia y la Agencia Espacial Europea lanzarán hacia Marte una nave no tripulada, específicamente un Rover, para trabajar sobre la superficie del planeta.