"Hemos resuelto ir a las urnas y hacer respetar nuestros votos del 21-F (referéndum anti-reelección), con la consigna del voto castigo (…) Escojamos a nuestros candidatos y castiguemos a nuestro dictador", en alusión a Morales, dijo el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
Previamente, una activista femenina había pedido a los asistentes que juren "desconocimiento (a) un posible fraudulento cuarto mandato del binomio dictatorial e ilegal conformado por Evo Morales y (su vicepresidente) Álvaro García Linera".
"Sí, juramos", corearon los asistentes, entre ellos el candidato opositor Óscar Ortiz, acompañado por el gobernador del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas.
La consulta de la activista y el discurso del líder cívico parecieron confirmar la advertencia gubernamental de que el cabildo tenía principalmente un fin electoral, dejando en segundo plano las protestas contra los recientes incendios forestales en esa región y el apoyo pedido por los colegios médicos en huelga.
"Éste es el punto de partida y les aseguro que este 20 de octubre Bolivia tiene nuevo presidente, porque aquí se prende la llama", proclamó Camacho.
El cabildo resolvió también dar plazo hasta la próxima semana para que se anulen una ley un decreto de Morales que autorizaron la ampliación de la frontera agrícola, que la oposición y activistas ambientales consideran causantes de los incendios que arrasaron casi cuatro millones de hectáreas de tierras cruceñas.
Esta resolución fue aprobada en medio de duras condenas a la negativa del Gobierno a declarar desastre nacional por los incendios.
En respaldo a la huelga médica, la asamblea callejera decidió apoyar la demanda de incremento del presupuesto estatal de salud hasta el equivalente del 10% del producto interno bruto, lo que equivaldría a unos 4.000 millones de dólares el próximo año, más del doble de lo previsto oficialmente.
Dirigentes de comités cívicos de otros departamentos confirmaron que organizan cabildos similares para el 10 de octubre, en los que prevén seguir la línea de las resoluciones de Santa Cruz.