"Mi candidato en 2022 es el presidente Bolsonaro", dijo Moro en una entrevista publicada por la revista Veja, apostando por el líder ultraderechista en caso de que opte por presentarse a la reelección.
En los últimos meses crecieron los comentarios relacionados con la tensa relación entre ambos, debido a la alta popularidad de Moro y a la posibilidad de que el exjuez se convirtiera en rival de Bolsonaro en la próxima cita electoral, pero el ministro negó esas especulaciones.
"Mi relación con el presidente es muy buena, óptima; nunca llegué ni siquiera cerca de presentar mi dimisión, la gente inventa historias, sé que es mentira, el presidente sabe que es mentira, no sé exactamente de dónde vienen esas intrigas", lamentó.
Moro es el juez que condenó en primera instancia al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), lo que le convirtió en un héroe anticorrupción para buena parte de los brasileños y en un villano para otra parte de la población.
"Nadie fue detenido de forma injusta; opinión de militante político no cuenta, porque no toma en consideración las pruebas, la sociedad tiene que consolidar los avances conquistados por la operación", dijo.
En la actualidad, el Tribunal Supremo Federal está en medio de un debate que podría anular decenas de condenas de la Lava Jato.
Los jueces consideran que en los procesos en que hubo delatores que colaboraron con la Justicia para aportar pruebas los delatados deberían tener la última palabra para poder defenderse.
"La gente lo piensa todo por la perspectiva de Lula, aunque es posible que el juicio del Tribunal Supremo Federal sobre el orden de las alegaciones finales lleve a la anulación de la sentencia sobre la finca de Atibaia", asumió Moro.
En el caso de la finca de Atibaia Lula fue condenado a 12 años y 11 meses de cárcel; está acusado de recibir coimas de forma disimulada a través de reformas que empresas contratistas de Petrobras realizaron en esa finca, que él solía frecuentar con su familia.
