El proyecto, valorado en 1.880 millones de euros —2.064 millones de dólares—, prevé el diseño, reparación y modernización de más de 1.000 kilómetros de la infraestructura ferroviaria de la isla con materiales, tecnología y equipamiento de producción rusa.
Además se prevé crear un centro único de control de circulación de trenes y formar al personal cubano en los principales centros educativos de transporte de Rusia.