"Las fuerzas militares del Golfo están preparadas para resistir cualquier amenaza o ataque terrorista, cualquier ataque contra un país miembro del Consejo de Seguridad para los Estados Árabes del Golfo se considera un ataque contra todos los países del Consejo", dice la declaración.
Los jefes de Estado Mayor también subrayaron que "el ataque contra las instalaciones petrolíferas es una flagrante violación de la seguridad y la paz de los países del Golfo Pérsico".
Además, se discutieron las amenazas a las instalaciones petroleras de la región, así como la seguridad de las rutas marítimas.
A la reunión asistieron los jefes de Estado Mayor de todas las monarquías árabes, incluido Catar, a pesar de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Doha y sus vecinos, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos.
La situación en el golfo Pérsico entró en una nueva espiral de tensión después del pasado 14 de septiembre, cuando se atacó con drones dos instalaciones petroleras en el este de Arabia Saudí.
Sin embargo, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, dijo que no existen indicios de que los ataques se hayan lanzado desde Yemen y los imputó a Irán.
También la coalición árabe supone que Teherán está involucrado en esa operación, pero Irán, que comparte con los hutíes su filiación chií, refuta las acusaciones.