"Un movimiento rebelde contra el poder hegemónico y presidencialista, como fueron aquellos estudiantes rebeldes, no lo puede heredar de ninguna manera un Gobierno con tintes autoritarios y personalistas como el de Andrés Manuel", dijo Ortega Juárez, autor del libro "Adiós al 68", publicado el año pasado con motivo del medio siglo de aquella revuelta que costó la vida a decenas de jóvenes.
Ortega Juárez, de 73 años, criticó que las autoridades federales y de la capital decidieran comandar los actos conmemorativos que cada año organizan los sobrevivientes de aquel movimiento, acompañados por grupos contestatarios.
Ortega Juárez consideró "terrible" que López Obrador haya ordenado, junto con el Gobierno de la capital que encabeza Claudia Sheinbaum, reeditar los "cordones de paz", que el ahora presidente implementó en 2004 cuando gobernaba la Ciudad de México (2000-2006).
"Los cordones de paz fueron ejecutados por funcionarios y policías vestidos de blanco y de civil que, en lugar de reprimir la marcha, la cercaron y tomaron todos los lugares de acceso, salidas del metro y paradas de transporte público, donde aquel año fueron detenidos estudiantes en autos sin identificación y fueron paseados por la ciudad recibiendo golpes, intimidaciones y amenazas de violación", aseguró Ortega Juárez.
Ortega Juárez fue fundador de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos en 1966 y, tras escapar de la persecución en 1968, estudió en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, entre 1969 y 1970, para regresar al país e integrarse al Comité Central del Partido Comunista Mexicano, donde impulsó "corrientes renovadoras y libertarias", hasta 1981.
El entrevistado cuestionó la "buena relación" que presume López Obrador, líder de la izquierda nacionalista, con el Gobierno de EEUU.
"Un presidente que se entrega a Trump para hacer una muralla militar en la frontera sur de México, para impedir el tránsito de miles de migrantes centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza, no tiene nada que ver con un movimiento internacionalista que estaba muy lejos de reconocer fronteras", criticó.
Inconformes y líderes históricos
Ortega Juárez estimó que "hay un sector de jóvenes iracundos".
Esos grupos marginados de las sociedades contemporáneas, aparecen en capitales de América Latina y Europa, sin embargo, "al presidente no se le ocurre otra cosa que llamarlos 'conservadores', como tilda a cualquiera que no piensa como él", dijo el viejo militante que acompañó a López Obrador entre los años 1994 y 2005.
Ortega afirmó que el estilo del mandatario, con una "obsesión" por controlar la agenda pública diaria, se asemeja al de Trump, al del primer ministro británico Boris Johnson y al del presidente brasileño Jair Bolsonaro.
"Los neopopulistas han sustituido la verdad con la posverdad, capitalizan el descontento para aparentar el combate al 'establishment de Washington', como dice Trump; a la 'jerarquía británica', dice Johnson; y a 'mafia del poder', dice López Obrador, que es un hombre de los años 1940", compara el autor de varios libros de cultura política.
Un aniversario de 1968 "domesticado" no es lo que habrían soñado tres míticos líderes indomables, con quienes el entrevistado dialogó en forma imaginaria, para terminar la entrevista.
Así, evocó a sus compañeros de ruta Eduardo Valle, apodado "El Búho" (1947-2012), Marcelino Perelló Valls (1944-2017) y Luis González de Alba (1944 1916).
"Para ellos el movimiento rebelde de 1968 jamás debería convertirse en una masa de borregos al servicio del poder", comentó.
Los tres recordarían la energía juvenil que exigía "salir del cordón ideológico, como decía John Lennon, que nos quiere imponer el presidente, y pensar lejos de la ideología anticuada de la Revolución Mexicana", dijo.
La expresión que hubiera lanzado, El Búho, "casi lo estoy escuchando, preguntando: ¿qué 'chingados' (demonios) pasó, acaso perdimos?, si ya nos habíamos quitado las cadenas".
"Los chavos (jóvenes), en su inmensa mayoría, hoy son devotos de la religión del consumo, caminan pegados a la pantalla de un celular, hipnotizados por imágenes banales, no hacen el amor, ven anuncios con mujeres desnudas, es un mundo onírico", acotó.
En cuanto a Luis González de Alba "diría que hoy 'los patos les disparan a las escopetas', que quienes restringían las libertades se convirtieron en redentores y herederos únicos del 68, cuando son lo opuesto, su suicidio fue un grito de desencanto", sostuvo.
Aseguró que Perelló le diría "¿ya lo viste, te acuerdas cuando descubrimos el color de las sábanas y que los calzones podían ser morados, y que podíamos hacer el amor en las barricadas y en las huelgas?".
Los tres dirigentes renegarían de las tonalidades grises o monocromos de las banderas de un partido hegemónico, aseguró.
"Nuestra película era a colores, pero las ideas y los sueños se convirtieron en una pesadilla provinciana y trivial", concluyó.
El presidente López Obrador anunció que los cordones de paz vigilarán la marcha y que si algún joven se comporta mal "lo acusaré con su mamá".