Según adelantó el diario O Globo, coordinadores del Ibama enviaron un oficio a la sus superiores criticando que, hasta tres veces, los comandos militares que actúan en la Amazonía denegaron ayuda: "Aunque las bases de la Garantía de Ley y Orden [GLO] y del la Coordinación General de Defensa y Aérea [CGDA] estaban articuladas en un mismo municipio y en un mismo periodo, los comandos militares se negaron a prestar apoyo porque la acción del Ibama podría acarrear destrucción de bienes", dice el documento.
Las tres operaciones del Ibama habrían sucedido los días 11, 15 y 23 de septiembre en el estado de Pará (norte); en la tierra indígena Bacajá, en la región del Alto Río Guamá, y en los alrededores de la la carretera BR-163, uno de los principales focos de deforestación y minería ilegal.
El Ejército se habría negado ayudar porque temían que la operación del Ibama acabase destruyendo bienes propiedad de los garimpeiros (maquinaria, excavadoras, etc).
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) September 23, 2019
Esto es algo común en las acciones de este órgano fiscalizador, que en ocasiones quema este tipo de equipamientos para evitar que puedan volver a usarse, ya que incautarlos y transportarlos a otro lugar suele ser demasiado complejo.
El Ejército brasileño actúa en la Amazonía desde finales de agosto, debido a la crisis por el aumento de incendios; aproximadamente 8.100 militares fueron movilizados para combatir el fuego y la deforestación en la región, según datos del ministerio de Defensa.
La operación debía durar un mes, pero el Gobierno decidió prorrogarla otro mes más, hasta finales de octubre.
En lo que va de septiembre se detectaron 52.238 focos de incendio en todo Brasil, la mayoría de ellos en la Amazonía, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) del 29 de septiembre.