"Estamos de luto por nuestros bosques, no es día para festejar", dijo en breve diálogo con reporteros el gobernador de Santa Cruz, el opositor Rubén Costas, quien encabezó la sobria conmemoración a la que el presidente Evo Morales y otras autoridades nacionales no fueron invitados.
Los líderes cruceños, incluido el Comité Cívico, demandaron infructuosamente a Morales en el último mes que declarara estado de desastre por los incendios en la Chiquitanía, una región de bosques secos emplazada entre la Amazonía y el Chaco, constituidos ya en el peor desastre ambiental del país en por lo menos una década.
La conmemoración, que recuerda el levantamiento regional de 1810, parte de la Guerra de la Independencia de la actual Bolivia contra la corona española, se redujo a una misa en la catedral, la iza de las banderas nacional y local en la plaza central de Santa Cruz y a un minuto de silencio por cuatro bomberos muertos en el combate a los incendios.
El Gobierno ha rechazado esas acusaciones, defendiendo la hipótesis de que los incendios de este año —mucho más grandes que los habituales en la región— eran consecuencia del cambio climático mundial, en especial una sequía extrema y fuertes vientos que propagaron quemas tradicionales con fines agrícolas.
Consultado sobre las críticas a la alianza Gobierno-agro, el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez, dijo a Sputnik que el desastre no debe ser motivo para una marcha atrás en un modelo de producción que, aseguró, ha demostrado ser eficiente, sostenible y responsable con el ambiente.
"Santa Cruz es una tierra de oportunidades, una suerte de tierra prometida, un polo de atracción para muchos bolivianos, a diferencia de otros departamentos donde hay factores de expulsión de población", sostuvo el experto.

Rodríguez añadió que Santa Cruz aporta también el 26 de las exportaciones globales y produce más del 70% de los alimentos de Bolivia.
Santa Cruz es desde principios de esta década el departamento más poblado de Bolivia, con unos 3,5 millones de habitantes, desplazando a La Paz.
La población actual de Bolivia es de 11,5 millones de habitantes, en un territorio de 1,1 millones de kilómetros cuadrados.