El despliegue de estas aeronaves durante las operaciones militares del país norteamericano en Oriente Medio y en Afganistán tuvo un gran impacto sobre su condición técnica. Según explicó el alto mando militar durante una rueda de prensa el 17 de septiembre, este uso intensificado de los B-1B les causó un desgaste inesperado.
A lo largo de los últimos años, los B-1B Lancer fueron protagonistas de múltiples titulares relacionados con sus problemas. Así, a mediados de 2018 incluso fueron suspendidos los vuelos de todos los bombarderos de este modelo por motivos de seguridad.
Pero incluso después de que se levantara esta suspensión, los B-1B Lancer siguen teniendo graves problemas. De hecho, en agosto de este año, más del 90% de estos bombarderos no estaban en condiciones de efectuar sus misiones. Eso supuso una reducción del 5% en comparación con el mes de junio, cuando el 85% de los B-1B Lancer estaba considerado como no apto para las misiones de combate.