El expresidente de OAS Léo Pinheiro, preso por corrupción, mencionó a Lula diciendo que el Gobierno brasileño habló de "riesgos diplomáticos" para el país si se paralizaba la construcción de la carretera entre las ciudades bolivianas de Potosí y Tarija, según consta en la delación premiada que hizo a investigadores de la Operación Lava Jato.
Estos medios habrían tenido acceso a estas confesiones gracias a las conversaciones hackeadas en Telegram de los fiscales de la Operación Lava Jato.
Siempre según la versión del empresario, Lula facilitó que el Banco Nacional del Desarrollo Económico y Social (BNDES) financiara obras en Bolivia, convenció a OAS para asumir la carretera desechada por Queiroz Galvao y a cambio prometió otro contrato en el país, como compensación por ejecutar un proyecto problemático.
El empresario se quejó a Lula diciendo que la obra sería deficitaria por los arreglos que había que hacer y por los precios previstos, pero el expresidente brasileño aseguró que Morales estaría dispuestos a "compensar económicamente a la empresa, adjudicando otro contrato en favor de OAS".
OAS asumió la obra entre Potosí y Tajira en 2009, pero según Pinheiro la situación volvió a bloquearse más adelante, ya durante el Gobierno de la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016), cuando el área técnica del BNDES puso inconvenientes a la financiación.
Al final, Bolivia canceló el contrato con OAS y la empresa solo pudo retirar sus equipos y obtener una devolución de garantías "tras los apelos de Lula", según Pinheiro.
Pinheiro está preso desde 2016 y es el principal acusador contra Lula en el caso del apartamento de Guarujá (costa de Sao Paulo, sureste de Brasil).
El exmandatario recibió este inmueble supuestamente de manos de la citada constructora y es por este caso que se encuentra en la cárcel desde abril del año pasado.
Siempre según su versión, Lula le facilitó encuentros con los expresidentes de Costa Rica Oscar Arias y Laura Chinchila, para que OAS actuase en concesiones públicas del país.
En Chile, Lula habría hablado con el expresidente Ricardo Lagos para evitar que OAS perdiera un contrato de obras al sur del país, y pidió dinero a la constructora para que financiase la campaña electoral de la expresidenta Michelle Bachelet.