"El Ministerio de Relaciones Exteriores rechaza enérgicamente su invocación con el pretexto de calificar a la República Bolivariana de Venezuela como una amenaza a la paz y a la seguridad en el Hemisferio, cuando en realidad son la injerencista Doctrina Monroe aplicada por Estados Unidos, la hostilidad hacia Venezuela y la utilización para esos fines de este tratado, las que ponen en peligro la paz y seguridad regionales", subraya la declaración.
Los países que aprobaron la propuesta fueron Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay y República Dominicana, junto al representante de la Asamblea Nacional de Venezuela (de mayoría opositora y declarada en desacato por el Gobierno venezolano), en representación de Juan Guaidó, autoproclamado presidente encargado de esa nación suramericana.
La nota de protesta de la cancillería cubana enfatiza que invocar al TIAR "es un deliberado intento por provocar una situación que pudiera desencadenar en el uso de la fuerza para derrocar al Gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro Moros, en oposición abierta a los principios del Derecho Internacional y la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz".
El TIAR, firmado en 1947 en pleno comienzo de la guerra fría y que nunca se ha aplicado, contempla opciones que incluyen negociaciones diplomáticas, ruptura de relaciones diplomáticas, suspensión de acuerdos económicos y de transporte, cancelación de comunicaciones radioeléctricas y radiofónicas, e incluso una intervención militar.
La solicitud de activación del TIAR al seno de la OEA fue presentada el pasado 9 de septiembre por una delegación de la oposición venezolana, que busca contar con apoyo internacional para derrocar al Gobierno que encabeza el presidente Maduro.