Expertos del centro BioClimLand de esta universidad siberiana están estudiando en la tundra de la península de Yamal los ecosistemas del termokarst, terrenos en los que el deshielo del permafrost provoca el hundimiento irregular del suelo.
En esos 'oasis' aparecieron margaritas, dientes de león, amapola polar, ajenjo, gramíneas, equiseto y sauces, o una vegetación inhabitual para la tundra.
"Se hace obvio que el potencial climático de la zona ártica de Rusia está subestimado, el fenómeno que hemos descubierto prueba que incluso durante un corto período de vegetación —de unos dos meses— en la tundra se puede obtener una rica cosecha de hierbas y arbustos para usarlos como pienso", subrayó Loiko.
Además supuso que en la región ártica en los próximos años podrían aparecer animales impropios para este hábitat.