"Necesitamos más zumbidos otra vez", dijo la ministra de Medio Ambiente alemana, Svenja Schulze, en una conferencia de prensa el miércoles 4 luego de que fuera aprobado por el gabinete federal el plan nacional para la protección de los insectos y el medio ambiente.
Las principales disposiciones son:
- Se limitó el uso del glifosato y se prohibió su uso a partir de 2023. Mientras tanto, estará restringido en casos como en áreas protegidas, para cosechar, para jardineros aficionados y en espacios públicos verdes. También se decretó que se debe mantener una distancia mínima de 10 metros entre la fumigación y las fuentes de agua.
- Se introdujo una etiqueta de bienestar animal a diversos productos, aunque de carácter voluntario. Se busca que las carnicerías puedan aplicar un sistema de clasificación en tres etapas que evalúa el mantenimiento, el transporte y el sacrificio de los animales.
- Se otorgaron más fondos para medidas de protección del medio ambiente. Con esta medida, Alemania destinará más recursos a la Política Agrícola Común de la Unión Europea (UE), llegando a los 70 millones de euros (77,3 millones de dólares).
Se espera que estas restricciones conduzcan a una reducción del 75% en los usos de plaguicidas, dijo la ministra de Agricultura, Julia Klöckner, en la misma conferencia de prensa.
La Asociación Alemana de Agricultores expresó su clara decepción por el paquete gubernamental. "Este paquete es tóxico para los agricultores", dijo el presidente de DBV, Joachim Rukwied, publicó Euractiva. A su juicio, la fuerte restricción de los plaguicidas "debilitará significativamente" la competitividad de los agricultores alemanes.
En 2017, el Consejo de la UE acordó permitir el uso de glifosato durante otros cinco años en una votación cerrada. Para el 15 de diciembre de 2022, se habrá agotado el período de "asignación".
La gigante empresa alemana —que enfrenta miles de demandas de millones de dólares porque se la acusa que el glifosato causa cáncer— se mostró en disconformidad con la decisión y dijo a Reuters que "tal prohibición ignora las abrumadoras evaluaciones científicas de las autoridades competentes de todo el mundo que han determinado durante más de 40 años que el glifosato puede ser utilizado de forma segura".
No obstante, en mayo, Bayer fue condenado a pagar a una pareja 2.055 millones de dólares porque la Justicia estadounidense determinó que su glifosato les causó cáncer. No es la única indemnización que Bayer tendrá que pagar, ya que ha perdido más casos por la misma causa.