Muchos esperaban que Harry y Meghan llevaran a su bebé, Archie, para visitar a su bisabuela, la reina Isabel II, en el castillo de Balmoral, donde la monarca suele descansar durante los meses de verano y recibir a los miembros de la realeza. Sin embargo, el duque y la duquesa de Sussex no aparecieron por allá.
Tampoco asistieron a los tradicionales juegos de las Tierras Altas de Escocia, llevados a cabo el 6 de septiembre y a los cuales comparece gran parte de la realeza británica. En lugar de ello, Meghan tomó un vuelo comercial el mismo día para ver a su mejor amiga, Serena Williams, disputar la final femenina del US Open en Nueva York.
Según personas cercanas a la realeza, citadas por medios británicos, la decisión de Meghan causó pesar en Isabel II. Según el Daily Mail, la monarca estaba "triste y decepcionada en un momento en que le gusta reunir a sus amigos y familiares".
Según la portavoz de Meghan Markle, la ausencia de los duques de Sussex en Balmoral se debió a que la pareja estaba "demasiado ocupada" con el trabajo.