El reportero de la versión rusa de Sputnik Andréi Stanavov fue testigo directo de los entrenamientos en el mar Negro cerca de las costas de Crimea.
Al zarpar con esmero de la bahía y sin alejarse demasiado de la costa crimea, el buque se dirigió hacia el norte. Sobre la medianoche la sórdida vibración del motor de diésel se silenció y la corbeta se quedó a la deriva.
De madrugada en el horizonte se atisbaron los contornos de la corbeta portamisiles Vishni Volochok que nos alcanzó en rumbo paralelo. Como los periodistas supieron más tarde, precisamente desde esta corbeta se haría el lanzamiento mientras que el Orekhovo-Zuyevo solo controlaría el proceso. Cabe destacar la eficacia de los buques de misiles Buian-M también en la lejana zona marítima pese a su escaso desplazamiento de 941 toneladas.
"Las capacidades bélicas de los Buian son comparables solo con los destructores estadounidenses de clase Arleigh Burke y cruceros lanzamisiles de clase Ticonderoga, pero los últimos son más pesados y costosos", escribió anteriormente la revista The National Interest.
En octubre del 2015 fueron los Buian los que exitosamente lanzaron los misiles en el mar Caspio con el fin de eliminar las bases terroristas del Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países, en Siria. En aquel entonces los analistas occidentales destacaron la capacidad de estos buques de reducir la libertad de acciones de EEUU y la OTAN.
El lanzamiento del misil Kalibr en su 'interpretación marítima' se planificó para la mañana, el grupo de periodistas leyó en los comunicados del Ministerio de Defensa. La corbeta Orekhovo-Zuyevo debería acompañar el misil en su trayecto, por ello los radares de a bordo se pondrían a todo volumen.
El Kalibr se lanzó estrictamente a la hora fijada. Del pozo del complejo universal naval escapó una humareda seguida de una llamarada y salió el cuerpo oscuro del misil, dejando huellas de humo blanco, moviéndose hacia el cielo en una empinada parábola, luego fue descendiendo y alejándose impetuoso hacia el sudoeste.
A unos 65 kilómetros de nosotros, en plena alta mar, cabeceaba un objetivo de un enemigo virtual imitando la nave de la clase 'fragata'.
De las fuentes sobre los blancos pueden servir tanto los propios medios de detección de la nave, como los exteriores: otros buques, aviones, drones, complejos costeros. El comandante escoge el blanco y aprueba el lanzamiento. Al dejar el contenedor de lanzamiento, el misil pierde la comunicación con el buque: en adelante cada uno de ellos funciona según su plan.
Según la leyenda militar, la 'fragata' no es un buque solitario del enemigo que entró por casualidad en el mar Negro. A la costa crimea se está acercando un potente grupo del rival virtual dispuesto a atacar la infraestructura de la península y hacer añicos su economía. El fin de las tripulaciones de los buques rusos es sumamente simple: es barajar los planes del rival, neutralizar el grupo a la entrada y los misiles del adversario.
Kalibr necesita solo varios minutos para alcanzar el blanco. Su elemento bélico contiene casi media tonelada de trilita, explosivo más que suficiente para liquidar cualquier buque de gran tamaño.
"Kalibr es un buen sistema de misiles, todo ha ido bien. Si se dan las circunstancias, una corbeta portamisiles así puede poner fuera de combate hasta dos buques de la clase destructor", comentó a Sputnik el comandante de la división de buques portamisiles Oleg Sardin.
Crimea se considera la principal avanzada de Rusia en el mar Negro y, a buen seguro, la región más protegida del país. Será por eso que últimamente la OTAN se interesa tanto por la infraestructura militar de la península: sus aviones de observación se acercan a las fronteras bastante a menudo y las naves militares estadounidenses no dejan de entrar en la zona del mar Negro.
A pesar de que la parte estadounidense asegura que sus buques actúan de acuerdo con la Convención de Montreux cumpliendo una misión puramente pacífica, la veracidad de los objetivos formalmente declarados se probará con el pasar del tiempo y los datos objetivos de los servicios de inteligencia de Rusia, concluyó Stanavov.