Los extensos documentos e informes, escritos por distintos altos mandos de la Unión Soviética, dan una nueva perspectiva sobre la situación que se estaba viviendo en Europa poco antes de la Segunda Guerra Mundial.
El primero de ellos es la falta de determinación de Francia y el Reino Unido por formar una alianza con Moscú para contener las fuerzas de la Alemania nazi. Además, Polonia contribuía a los fracasos por crear esta coalición antihitleriana, razón por la cual la URSS calificaba de agresiva la política exterior polaca.
Entre los documentos también están los informes donde se evalúan las fuerzas de los enemigos potenciales y las hipotéticas alianzas que podrían formarse en busca de atacar a la URSS. Sus conclusiones no eran halagadoras para los militares soviéticos.
De tal modo, los documentos dan a entender que en ausencia de un apoyo definitivo por parte de los aliados europeos y vista la desventaja de fuerzas militares, la URSS tomó la decisión de firmar el tratado Ribbentrop-Mólotov con tal de intentar prevenir la participación en uno de los conflictos militares más sangrientos de la historia.