"Yemen ocupa un elevado lugar en la lista de los conflictos que vive Oriente Medio", señaló.
"En el país se formó un grupo muy interesado en la continuación de la guerra, que usó a los terroristas para avivar la tensión en el sur de Yemen", dijo refiriéndose a los atentados de Adén el 1 de agosto pasado.
En el sur de Yemen continúan operaciones de combate entre las tropas gubernamentales y las fuerzas leales al Consejo de Transición del Yemen del Sur, que aboga por separar esta parte del país de la del norte controlada por los rebeldes del movimiento hutí Ansar Alá.
Tras la intromisión de Arabia Saudí, que a exigencia del Gobierno yemení reconocido por la comunidad internacional instó a los separatistas a retirarse de las posiciones ocupadas y los invitó a Yeda para sostener negociaciones con el Gobierno, el Consejo de Transición aceptó de pura forma hacer lo que exigía Riad.
Pero las tropas que se subordinan a este Consejo en vez de abandonar las posiciones empezaron a apoderarse de otras provincias meridionales.
Desde que se produjo la escalada, el Gobierno de Yemen acusa a los EAU de estar prestando apoyo financiero y militar a los separatistas y exige que Abu Dabi deje de aplicar la política de división de Yemen.
"De momento existe la posibilidad de que la arquitectura de seguridad quede en manos de países de la región, pero si el conflicto continúa, los actores no regionales tomarán la iniciativa", advirtió.
Yemen vive desde 2014 un conflicto armado entre los partidarios del presidente legítimo Abdo Rabu Mansur Hadi, y los rebeldes hutíes.
En este conflicto el Gobierno cuenta con el apoyo de la coalición militar encabezada por Arabia Saudí, que incluye a EAU y otros Estados árabes.