En una fría noche de invierno de 1949, Walter Chandoha encontró un gatito gris abandonado mientras caminaba hacia su casa en Queens (Nueva York) y decidió adoptarlo. Las travesuras del minino le rindieron el nombre de Loco e inspiraron a su dueño —quien anteriormente había trabajado como fotógrafo de guerra— a registrar diversas instantáneas de la mascota.
Aunque Chandoha fotografiaba también a perros, caballos y otros animales, fueron los gatos los que se convirtieron en su marca registrada. Sus fotos de felinos aparecieron en destacadas revistas como Life y National Geographic, en los embalajes de innumerables marcas de comida para gatos, en calendarios y en libros.
Las fotos de estudio de Chandoha se distinguían por una luz de fondo fuerte que acentuaba los detalles del pelaje y de las expresiones de los mininos. Registrar la instantánea perfecta de un gato podría llevar una cuestión de minutos o tardar días. La esposa del fotógrafo, María Chandoha, era la responsable de interactuar con los animales para que posaran exactamente como el fotógrafo quería.
Cuando falleció, el 11 de enero del año corriente, a los 98 años, Chandoha había tomado cerca de 90.000 fotos de gatos, casi todas ellas antes de que estos animales se convirtieran en la mascota favorita de las redes sociales.