La situación en la provincia patagónica de Chubut es un reflejo y potencial pronóstico de lo que sucede a nivel nacional. Hundido en deudas impagables con el mercado de capitales internacional e impedido de solventar gastos administrativos y de salarios, el gobernador local recientemente reelecto, Mariano Arcioni (que asume un nuevo período en diciembre), se encuentra acorralado entre las demandas populares y de los acreedores.
A pesar de haber autorizado la suba de salarios para compensar retrasos anteriores, el Gobierno provincial se ha demorado en el pago a los trabajadores estatales los dos últimos meses, aplicando mecanismos de desembolso escalonado por tramos, además de tener suspendidas las obras sociales (cobertura médica) por falta de fondos.
En los últimos días se produjeron paros promovidos por los gremios de todos los ámbitos del Estado provincial con cortes de ruta tanto en la parte norte del territorio –en las ciudades de Puerto Madryn, Esquel y Trelew– como en las zonas centro y sur –vinculadas a la explotación petrolera– donde trabajadores, principalmente docentes, no dejan acceder a los yacimientos.
Provincia rica, pueblo pobre
Chubut es una de las provincias argentinas más potentes en recursos: su ciudad más poblada, Comodoro Rivadavia, tiene uno de los puertos exportadores más importantes del país y es la provincia con mayores réditos en explotación hidrocarburífera, aún más que en Neuquén, donde se encuentra Vaca Muerta, el más grande yacimiento de petróleo y gas no convencional.
"Es una provincia rica, es productora de hidrocarburos, tiene la principal fábrica de aluminio del país, tiene fuertes recursos vinculados a la pesca, tiene grandes capacidades de energía eólica, pero mal administrada y sin un proyecto que permita un desarrollo sustentable y un manejo acorde de las finanzas públicas, ha hecho que hoy sea un gran descalabro", dijo a Sputnik Marcelo García, periodista especializado en petróleo, recursos naturales y economía.
Las razones de la crisis
"El problema en Chubut no son los salarios de los empleados estatales sino los ingresos; es un problema financiero, no alcanza la plata que ingresa a la provincia para poder pagar los salarios en tiempo y forma y al mismo tiempo cumplir con las actividades esenciales porque el Estado está endeudado", sostuvo García.
Explicó que la provincia se ve en la obligación de cancelar vencimientos de intereses y amortizaciones que tomó en dólares del mercado internacional en años anteriores. Además, se ve afectada por un corte en el refinanciamiento y en nuevos préstamos en pesos que esperaba del Gobierno nacional. Hoy se trata de la segunda provincia más endeudada de Argentina, con 85% de su deuda tomada en dólares.
"Eso generó un cuello de botella financiero que hizo estallar la crisis en este momento, pero no es muy distinta a la de mediados del año pasado. El problema de fondo es que Chubut está virtualmente quebrada, tiene casi 1.000 millones de dólares en deuda, que tampoco se tradujeron en mejoras en las condiciones de vida de la población ni en obras públicas sino que terminaron esfumándose", consideró el periodista especializado del sitio de noticias patagónicas El Extremo Sur.
"Habrá que investigar dónde fue a parar ese dinero", añadió .
Una deuda de crecimiento exponencial
Hasta el año 2012, la deuda total en pesos de Chubut era del equivalente a 19 millones de dólares, según cotización de este 28 de agosto. Desde entonces ha venido aumentando a ritmo alarmante con préstamos tomados del mercado internacional.
Se duplicó entre 2013 y 2014, pero fue en los últimos cuatro años que pegó saltos fuera de control: en 2015 superó los 127 millones de dólares; llegó a los 353 millones de dólares en 2016; alcanzó los 430 millones de dólares en 2017 y pasó a 638 millones en 2018.
Desde una lectura política, Chubut viene siendo gobernada por diferentes versiones del peronismo provincial desde 2003, con posiciones variadas de distancia o cercanía al Gobierno nacional. Durante la presidencia del matrimonio de Néstor Kirchner y Cristina Fernández (2004-2015), el entonces gobernador Mario Das Neves (2003-2011) fue opositor, mientras su sucesor, Martín Buzzi, (2011-2015) estuvo alineado.
Desde 2015, con la llegada al poder de Mauricio Macri, el Gobierno provincial ha demostrado una buena relación con la Nación. Das Neves asumió un tercer mandato (no consecutivo) ese mismo año hasta su muerte en 2017. Fue reemplazado por su vice, el actual gobernador Arcioni, reelecto para un segundo período en las elecciones de 2019 y actualmente alineado a la fórmula del peronismo opositor que encabezan Alberto Fernández y la expresidenta Fernández Kirchner.
"Es un panorama complejo. Tiene más que ver con los territorios provinciales y los desarrollos que hacen los gobernadores en la construcción de sus fuerzas políticas que con una estrecha vinculación lineal a los diferentes partidos que disputan el poder a nivel nacional", evaluó García.