En diciembre de 2017 la compañía anunció el plan Sidewalk Toronto, que proyecta crear una comunidad inteligente, donde la tecnología resuelva los problemas que hoy sufren las urbes, como los embotellamientos.
Para ello, proyectan construir veredas y calles con cordones dinámicos, cuya extensión se adecúe a la demanda de tránsito vehicular y transeúntes.
En realidad no es que las aceras vayan a cambiar de tamaño físico ni de forma mecánica, sino que se prevé construir la acera y la vía a un mismo nivel de altura: el tamaño de la calle, veredas y aparcamientos serán controlados por puces integradas al suelo, en lugar de pintura estática. Así todos los elementos serían mucho más flexibles, se explica en su página web.
Este sistema también se podría aplicar al cobro dinámico e los espacios de estacionamiento, con una tarifa variable según la demanda y la actividad de la zona.
La ciudad futurista de Google no estuvo exenta de polémicas, ya ha sido cuestionada por vecinos y organizaciones locales porque temen por su privacidad y el impacto de las inversiones privadas en espacios públicos.