Datos recientes del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil revelaron que zonas selváticas y naturales de Brasil, como la Amazonía y el Pantanal, viven la peor oleada de incendios de los últimos cinco años. En lo que va del año, los focos ígneos en Brasil aumentaron 85% respecto al mismo período de 2018, llegando a 76.720 incendios.
Organizaciones ecologistas y políticos opositores denunciaron que los focos son resultado de las quemas, una práctica habitual de hacendados y agricultores para limpiar terrenos y fertilizarlos antes de plantar, que suelen hacerse en la actual estación seca, aunque están penalizadas.
La polémica política ambiental de Bolsonaro, considerada por muchos la razón principal de los incendios, llevaron a miles de manifestantes a las calles no solo de Brasil, sino de varios países alrededor del mundo.
En Bogotá, activistas y grupos indígenas se reunieron en frente a la Embajada de Brasil en Colombia para pedir cambios en las medidas ambientales del presidente brasileño respecto a la Amazonía.
Una manifestación similar tuvo lugar delante de la misión diplomática de Brasil en Argentina, donde decenas de manifestantes se reunieron para protestar contra la falta de acción del Gobierno de Bolsonaro respecto a los incendios forestales.
Manifestaciones se registraron también en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, India, Irlanda, Italia, el Reino Unido y Suiza.
En una declaración sobre la situación, Bolsonaro subrayó que los incendios forestales, como los que están en curso en la Amazonía, ocurren en todo el mundo y que no pueden usarse como pretexto para imponer sanciones a los países. A la vez, el presidente criticó la divulgación de la información falsa dentro o fuera de Brasil que no contribuye a resolver la situación.