En esta cueva de más de un kilómetro de largo ya habían encontrado restos de antiguos depredadores y otros animales, incluyendo huesos de un mamut, rinocerontes, bisontes, gato dientes de sable y otros restos de mamíferos placentarios.
"Hay muy pocos hallazgos de este tipo en el mundo. Estas bacterias no necesitan luz solar ni oxígeno. Esto es una analogía directa de la búsqueda de vida en Marte o en la Luna", dice Gennadi Samojin, presidente del Consejo de la Unión Rusa de Espeleólogos y profesor de la Universidad de Kazán.
En su opinión, las nuevas especies microbianas se alimentan de fosfatos o sulfatos.
Asimismo, los científicos han logrado encontrar nuevas áreas de la cueva, antes desconocidas. Los extensos e inexplorados pasillos se extienden de sur a norte.
Según los investigadores, comenzó a formarse hace unos cinco millones de años y supera el tamaño de todas las cuevas conocidas en el interior de la colina de Crimea: su longitud es de unos 1.300 metros.
Samojin no descarta que la cueva estuviera conectada a la Gruta del Lobo, donde entre 1879 y 1880 fue descubierto el yacimiento de neandertales. La cueva se encuentra a 10 kilómetros de Tavrida. Paleontólogos y arqueólogos encontraron huesos de animales salvajes y herramientas de silicio que tienen unos 100.000 años de antigüedad.