"Podríamos llegar a un periodo histórico en la relación bilateral de cooperación y crecimiento económico, pero necesitamos la ayuda de Guatemala implementado este acuerdo", afirmó en un video Mauricio Claver-Carone, asesor para asuntos hemisféricos del presidente de EEUU, Donald Trump.
"Necesitamos la ayuda de Guatemala implementando este acuerdo (…) No perdamos esta oportunidad. ¡Ayudémonos mutuamente!", enfatizó el funcionario norteamericano, apenas un día después de que 22 fiscales generales de EEUU rechazaran el convenio, también conocido como de "tercer país seguro".
En su misiva, los fiscales generales recuerdan que "nuestra nación fue construida por gente que huyó de la violencia y la persecución".
"En vez de ofrecerles refugio y esperanza, la administración Trump les dice que regresen a donde vinieron. Es anti-americano", reza el texto.
La coalición de fiscales exige a los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional que frene una propuesta de la Casa Blanca para impedir que soliciten asilo los inmigrantes que entren a EEUU por el sur, a menos que hayan sido rechazados en un destino previo.
Según los firmantes, dicha legislación viola tanto el Acta de Inmigración y Nacionalidad y el Acta de Procedimiento Administrativo, según las cuales, cualquier extranjero aplica para asilo a su llegada a EEUU, en virtud de la Convención de Refugiados de 1951.
El polémico acuerdo de asilo también es cuestionado porque fue suscrito bajo presiones de Washington de imponer aranceles a las remesas hacia esa nación centroamericana.
Los fiscales advierten que, en particular, Guatemala no está preparada para brindar asilo a las miles de personas de la frontera mexicana con EEUU, y agrega que el mencionado pacto es "inconstitucional porque discrimina basándose en la raza, etnia y origen nacional, lo que viola la quinta enmienda".
El acuerdo de "tercer país seguro" también es criticado por congresistas de EEUU, que tampoco creen que Guatemala pueda asumir a solicitantes de asilo y garantizarles albergue, alimentación y empleo.
Estados Unidos solo procesará en su territorio las solicitudes de protección de menores no acompañados, y de las personas que hayan ingresado al país con una visa válida, que no sea de tránsito.
A Guatemala le corresponderá evaluar una por una las solicitudes de protección, según las políticas migratorias nacionales y lo establecido en el convenio.
En octubre del año pasado comenzaron a partir desde Centroamérica multitudinarias caravanas de migrantes con destino a EEUU, hecho que fue catalogado por Trump como un problema para la seguridad nacional.