Los mapuches, entre El tren del olvido y los Benetton
"Ya teníamos cuentistas y poetisas, pero en este género es el primero", dice Millán con emoción y modestia. Ella es una weychafe, que significa guerrera y protectora de su pueblo: el mapuche.
Nacida en 1970 en El Maitén, provincia de Chubut, ha conquistado varios logros para su comunidad y las mujeres en general. Por ejemplo haber organizado y coordinado el primer Parlamento de Mujeres Indígenas, que reunió en abril de 2018 a representantes de las 36 naciones originarias establecidas en Argentina, antes de que así fuera bautizado el país sudamericano.
"Lo interesante de la novela es que permite llevar al lector a rincones completamente omitidos y te diría casi generados como una amnesia intencional colectiva por parte del Estado", explica la autora.
Se refiere a las primeras incursiones contra su pueblo al impulso del desarrollo de un país que para 1900 todavía no tenía un siglo de existencia, una realidad que lamentablemente perduró "a lo largo de la historia".
"La novela cuenta un pedacito de esta memoria histórica de mi pueblo, que es la llegada del ferrocarril a la Patagonia en manos del poder británico y cómo justamente esta empresa inglesa se establece generando una suerte de colonia con complicidad del Estado argentino", manifestó Millán.
La ficción comienza a nutrirse de una realidad que la involucra de manera directa, a ella y al resto de mapuches, de hoy y de ayer. "Me inspiré mucho en la historia de mi propia mamá. Yo era chiquita y ella trabajaba como sirvienta en la estancia hoy llamada Leleque", recordó la líder indígena.
Dicha estancia fue fundada en el siglo XIX por la compañía británica Argentine Southern Land Company, encargada de la construcción del primer ramal del Ferrocarril Central del Chubut. Actualmente la estancia es propiedad de la familia Benetton.
En esa zona desapareció Santiago Maldonado el 1 de agosto de 2017, cuando participaba de una protesta de una comunidad mapuche contra la apropiación de territorios por parte de los Benetton y fue encontrado muerto en el río Chubut mes y medio después.
En 1900, los británicos obligaban "toda la peonada mapuche" a participar cada día del izado del "pabellón británico (...) A mí me parecía grotesco y casi de realismo mágico por las descripciones que ella tenía de su infancia", señaló la autora.
"Mi abuelo fue uno de los que puso los rieles del ferrocarril. Cuando te negabas a trabajar para los ingleses te golpeaban, encarcelaban y después como multa tenías que ir a trabajar gratis. Todo esto se vivió hasta que se estatizó el ferrocarril, y lo que era mano de obra esclava pasó a ser mano de obra asalariada durante el gobierno de Perón".
Pero El tren del olvido llega hasta poco antes de la asunción de Perón en junio de 1946. "Lo que sigue después es parte de la segunda novela", adelantó Millán. Con ese nuevo material se propone avanzar a este presente, en el que además de Maldonado hay muchos muertos mapuches recientes, como Rafael Nahuel en Argentina, o Camilo Catrillanca en Chile.
En ambos tiempos históricos el Estado y las fuerzas de seguridad son los victimarios, sostuvo la weychafe, apañando el desarrollo y el beneficio de los ingleses de entonces y de los Benetton de hoy.
En la misma época en que el ferrocarril se instala en la Patagonia, en Irlanda nace y crece Liam O'Sullivan, según cuenta la editorial Planeta en una breve reseña del libro.
"De niño juega en las vías del tren y sueña con ser ingeniero ferroviario. A pesar de las diferencias históricas y culturales que los separan, Pirenrayen —la protagonista mapuche de la novela— y Liam son testigos, en sus respectivos territorios, de la opresión que padece su gente bajo el avance del poder británico", indicó Millán.
Ambos finalmente se conocen y nace "una conmovedora historia de amor" que acompaña "el relato de un pueblo valiente".