La sustancia fue detectada en una muestra tomada entre el 9 y el 12 de agosto de 2019, después de que el día 8 una explosión se produjera durante una prueba en un polígono militar en la región rusa de Arjánguelsk, en el noroeste del país.
"Cantidades minúsculas de yodo radioactivo se midieron en el aire en nuestra estación de filtrado en Svanhovd en el norte de Noruega. El nivel detectado es muy bajo y no constituye amenaza alguna para la población ni para el medio ambiente", dice el comunicado de la DSA.
A menudo, agrega, "si no se detectan otras sustancias radioactivas es más probable que el origen sea de emisiones de instalaciones de producción de radiofármacos que contienen yodo".
"De momento no es posible determinar si la reciente detección de yodo está vinculada con el accidente en Arjánguelsk de la semana pasada", concluye.
Tras la explosión en el polígono militar el 8 de agosto, las autoridades de la ciudad vecina de Severodvinsk informaron haber detectado una subida temporal de la radiactividad.
Los niveles de radioactividad elevados se mantuvieron durante unos 30 minutos y luego volvieron a la normalidad.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró el 14 de agosto que "en esta situación todas las entidades responsables hacen todo lo posible para garantizar en pleno la seguridad de los ciudadanos de la Federación de Rusia".