El titular del Servicio Penitenciario, Kelvin Davis, confirmó a la emisora RNZ que Tarrant, imputado de 51 asesinatos, 40 homicidios en grado de tentativa y terrorismo, había enviado desde la cárcel siete cartas —dos, a su madre, y cinco, a otras personas— además de haber recibido una veintena de cartas desde diversas partes del mundo.
En declaraciones al diario NZ Herald, el ministro admitió que "no se puso el control suficiente" sobre este prisionero.
"He dado instrucciones al Servicio Penitenciario para hacer más robusto el procedimiento, con más niveles de escrutinio", incluido el visto bueno de la ejecutiva del ente, Christine Stevenson, dijo.
Según Davis, el incidente tuvo lugar varios meses después de que un equipo de expertos noruegos, implicados en la custodia de Anders Behring Brevik, el autor de la masacre de 2011 cerca de Oslo, visitara Nueva Zelanda para asesorar a sus colegas sobre el manejo de este tipo de prisioneros.
El mensaje contenía aparentemente un llamado directo a la acción para los adeptos del supremacismo blanco.
El 13 de agosto, el Servicio Penitenciario confirmó que a otro reo extremista, Philip Arps, se le había permitido por error mandar una carta a una organización mediática.
Arps permanece recluido en una prisión de Christchurch por haber distribuido el vídeo del tiroteo en una mezquita de esta ciudad.
Un total de 51 personas fallecieron y medio centenar más resultaron heridas después de que Brenton Tarrant abriera fuego indiscriminado en dos mezquitas de Christchurch el 15 de marzo pasado.
El atacante hizo circular poco antes un manifiesto xenófobo y transmitió en directo fragmentos de la matanza por internet.