"El objetivo de las principales actividades de entrenamiento de sus tropas se aleja de las acciones defensivas y especiales a las defensivas y ofensivas, lo que nos preocupa", dijo Belokonev a la prensa.
Precisó que, según el análisis y el contenido de los ejercicios como Anakonda 2018 o Dragon 2019, la OTAN "continúa ensayando guiones de respuesta militar a las crisis y conflictos que puedan ocurrir en el espacio postsoviético".
Sin embargo, el jefe del Estado Mayor bielorruso subrayó que Minsk no acusa a Occidente de agresión como lo hicieron varios países después de los ejercicios militares ruso-bielorrusos Zapad 2017.
Las maniobras conjuntas de Bielorrusia y Rusia se celebran cada dos años, después de las últimas —Zapad 2017 que tuvieron lugar en Bielorrusia— varios países occidentales calificaron los ejercicios de "una amenaza" y acusaron a los dos Estados de preparar una ofensiva contra los países vecinos.
En 2019, los ejercicios se celebrarán entre el 13 y el 19 de septiembre en el pueblo de Mulino de la región rusa de Nizhni Nóvgorod, con la participación de unas 950 unidades militares.