En una declaración conjunta, estos países dan la bienvenida a la tregua del Eid al Adha e "invitan a todas las partes a que cesen efectivamente las hostilidades en toda Libia".
"Estamos listos para ayudar a la Misión de la ONU a monitorear el cumplimiento de la tregua y abordar cualquier intento de violarla", dice el texto publicado por el Departamento de Estado de EEUU.
La declaración señala que tregua "debería ir acompañada de medidas de fomento de la confianza entre las partes para allanar el camino hacia un alto el fuego sostenible y el retorno a un diálogo constructivo e inclusivo".
"Reiteramos que no puede haber una opción militar en Libia, e instamos a todas las partes a proteger a los civiles, salvaguardar los recursos petroleros de Libia y proteger su infraestructura", consta en la declaración.
Los firmantes también condenan en los términos más enérgicos el ataque del 11 de agosto contra un convoy en Bengasi, en el que murieron tres empleados de la ONU.
"Es necesario establecer sin demora las circunstancias de este acto atroz e identificar y llevar a la justicia a los responsables", subraya la declaración.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales, la aparición de grupos yihadistas y de mafias que se dedican al tráfico de migrantes irregulares de África a Europa.
No obstante, este Ejecutivo no cuenta con el apoyo de la Cámara de Representantes, parlamento unicameral con sede en la ciudad de Tobruk (este), que proclamó su propio Gobierno, apoyado por el Ejército Nacional Libio al mando del mariscal Jalifa Haftar.
A principios de abril pasado, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que Haftar ordenara una ofensiva contra Trípoli para "liberarla de terroristas".
Las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional respondieron con la operación Volcán de Ira dirigida contra las tropas de Haftar.