Los investigadores siguieron la vida de 1.120 hombres y mujeres, que tenían 65 años o menos en el momento de su primer ataque cardiaco, hasta durante 22 años.
La conexión entre el sexo y las probabilidades de supervivencia pareció aún más fuerte para las personas con vida sexual activa después de haber tenido un ataque cardíaco.
En comparación con los sobrevivientes que nunca tuvieron relaciones sexuales, los que tuvieron relaciones sexuales una vez a la semana tuvieron un 37% menos de probabilidades de morir.
Sin embargo, cuando los investigadores ajustaron la edad, el estilo de vida, otras afecciones de salud y factores socioeconómicos, la relación entre la actividad sexual y la supervivencia se debilitó, escriben Yariv Gerber y sus colegas de la Universidad de Tel Aviv.
"Es posible que el sexo frecuente lleve a cambios biológicos que ayuden a las personas a vivir más tiempo", escribe el equipo de Gerber.
El sexo se asocia con los extremos de los cromosomas, conocidos como telómeros, que tienden a reducirse con la edad, escribe el equipo del estudio. Los telómeros más largos se asocian con una vida más larga.
"La actividad sexual es a menudo parte de una relación cercana y amorosa a medida que la gente envejece, pero la relación es probablemente más importante que el sexo", comentó el estudio Andrew Steptoe, del University College de Londres en el Reino Unido.
"Aunque el sexo regular es parte de un envejecimiento saludable, tampoco hay que creer que se "debe" tener sexo para tratar de vivir más tiempo", opinó.