La victoria del Ejército Libertador, liderado por Simón Bolívar, sobre las tropas realistas el 7 de agosto de 1819 en el Puente de Boyacá, marcó la derrota definitiva del dominio español en los territorios que en ese momento ocupaba el virreinato de Nueva Granada, la capitanía de Venezuela y las audiencias de Quito y Panamá.
El triunfo libertador dio paso, a su vez, a la concreción de un proyecto político que se venía gestando en la cabeza de Bolívar y otros libertadores desde hacía algunos años: la fundación de una gran república en el norte de Suramérica.
Mientras Colombia celebra en todo el país el bicentenario de la Batalla de Boyacá, vale la pena recordar las características del gran estado conformado a partir de aquel hito ocurrido en 1819.
Si hiciéramos el ejercicio de extrapolarla a la actualidad, la 'Gran Colombia' tendría hoy una extensión territorial de 2.343.741 kilómetros cuadrados y 99.780.741 habitantes. También sería la segunda economía de América Latina después de Brasil.
En conversación con Sputnik, el historiador de la Universidad Nacional de Colombia Francisco Ortega, explicó que las primeras referencias a la creación de un gran estado en el territorio que ocupaba el virreinato se encuentran en discursos de Francisco de Miranda, revolucionario caraqueño que llegó a luchar en la independencia de EEUU y la Revolución Francesa.
"Es una de las primeras figuras en articular una agenda de emancipación para toda América de manera bastante pública y empezar a construir redes", señaló el historiador. Según el especialista, De Miranda no proponía la división de los territorios españoles en pequeños estados, sino aprovechar las similitudes culturales en la región para construir un estado amplio "que permitiera enfrentarse a los retos de ser una nueva nación en un escenario global que no era el más amigable para los nuevos países".
Por supuesto, cuando De Miranda pensó su proyecto, los españoles aún dominaban el territorio americano. Sin embargo, hacia 1815 ya se gestaba en las zonas de Venezuela y Nueva Granada (la actual Colombia) una "resistencia muy fuerte" al control español. Los rebeldes comienzan a organizarse en la zona de la boca del río Orinoco, donde se ubicaba un pequeño puerto conocido como Angostura (actualmente la localidad venezolana de Ciudad Bolívar).
Ya con Simón Bolívar como principal estratega, los libertadores entendieron que si lograban controlar el río Orinoco podrían alcanzar sus afluentes y tomar la ciudad de Bogotá. En febrero de 1819, se realizó el Congreso de Angostura, donde decidieron conformar la 'República de Colombia' o, como fue denominada luego para diferenciarla del país actual, la 'Gran Colombia'.
Una república modelo para su época
El proyecto bolivariano establecía un gran estado dividido en tres 'departamentos': Cundinamarca (la actual Colombia), cuya capital era Bogotá; Quito (actual Ecuador), con su capital homónima, y Venezuela, con capital en Caracas. La capital de todo el estado sería una nueva ciudad llamada 'Libertador Bolívar'.
El congreso designó a Bolívar como primer presidente de la nueva república y como vicepresidente a Francisco de Paula Santander, uno de las principales figuras al lado de Bolívar. Tras la Batalla de Boyacá y la toma de Bogotá, los libertadores volvieron a reunirse en un congreso en diciembre de 1918 para aprobar la Ley Fundamental de Colombia.
En sus artículos, la ley establecía que cada departamento del nuevo estado sería administrado por un 'jefe', nombrado por el Congreso General de Colombia. Cada jefe de departamento sería también denominado 'vicepresidente'.
La norma fundacional convocaba por primera vez al Congreso a reunirse en Rosario de Cúcuta, "que por todas circunstancias se considera el lugar más bien proporcionado".
Ortega destacó la importancia que en ese momento tenía la creación de un sistema "no solamente republicano, sino también representativo, con una democracia con fundamento en la soberanía popular".
Según el historiador, uno de los puntos más relevantes del proyecto fue el reconocimiento de una ciudadanía "relativamente amplia" que, además, ponía fin al sistema de 'castas' que dominaba hasta entonces. "Se establece una ciudadanía, no universal, pero ciertamente mucho más amplia que la de varios lugares de Europa", apuntó.
El diseño institucional del nuevo país también intentó atender uno de sus mayores desafíos: acabar con los regionalismos. Ortega comentó que para evitar las rivalidades entre las diferentes zonas del nuevo estado, se estableció una 'representación nacional' que obligaba a los congresistas a velar por los intereses de toda la república y no del departamento por el que había sido electo.
Europa, EEUU y México: los adversarios del nuevo 'megaestado'
Ortega recordó que, en el momento del nacimiento de la Gran Colombia, en todo el territorio americano se estaba comenzando a delinear nuevos límites geográficos. Así es que EEUU ya transitaba sus primeros años de vida independiente (y acumulaba el poder que más tarde preocuparía a Bolívar), los rivales más cercanos al nuevo estado eran el Imperio Mexicano (fundado en 1821) y el Reino de Brasil.
De todos modos, el historiador apuntó que la mayor preocupación de los fundadores de la Gran Colombia era la presión que las potencias monárquicas europeas ejercerían en contra de la nueva república suramericana. Los acuerdos entre las monarquías de Francia, España, Rusia, Prusia y Austria en contra de las nuevas repúblicas aparecían como "la gran amenaza" para los libertadores.
Con ese objetivo fue que Bolívar, ya desde la génesis de la Gran Colombia, imaginó la conformación de una federación de estados americanos. En 1826, al regreso de su campaña en Perú y Bolivia, Bolívar convoca al 'Congreso Antifictiónico' en la ciudad de Panamá. La convocatoria abarcaba desde EEUU hasta las provincias del Río de la Plata, aunque la mayoría de los invitados declinó participar y el organismo finalmente no prosperó.
La caída de la Gran Colombia
La República de Colombia tuvo un desarrollo institucional sólido durante aproximadamente diez años. Una de las figuras clave de ese desarrollo fue Santander, a quien Bolívar había dejado a cargo de la presidencia mientras se encontraba luchando por la independencia del Perú.
Sin embargo, dentro del territorio crecían las rivalidades entre las diferentes regiones del gran estado, sobre todo a partir de las sucesivas incorporaciones de Quito y Panamá. Ortega señaló que los habitantes de los departamentos veían que "su sentimiento de localidad tendía a ser diluido en un sentimiento de nacionalidad tan abstracta que terminó generando muchísimo conflicto".
En esa época empezaron a tallar también las diferencias personales y políticas entre Bolívar y Santander, cada uno con sus respectivas lealtades dentro de las reparticiones públicas. Sin embargo, Ortega consideró que la historiografía "ha exagerado las pasiones" y construido "toda una novela" en torno al enfrentamiento de ambos líderes.
Más bien, sostuvo, hubo algunos episodios vinculados a lo económico que efectivamente minaron las posibilidades de desarrollo del estado. "En 1822 se hace un préstamo muy importante con la bolsa de Londres. Pero la banca londinense colapsa en 1825 y el préstamo se ve reducido y con la exigencia de que se pague inmediatamente", describió.
La situación desató "una crisis financiera muy grave que va a dejar sin recursos al Estado de inmediato", explicó. En efecto, la administración pública ya no tenía fondos para hacer frente, por ejemplo, a la construcción de escuelas en su extenso territorio o el pago de las funciones públicas básicas.
Por si fuera poco, el final de la campaña de Bolívar en Perú hizo que sus soldados retornaran masivamente al territorio grancolombiano, reclamando sus pagos atrasados.
La inestabilidad económica se combinó con los resentimientos locales e impulsó a figuras como José Antonio Páez, jerarca militar de Bolívar que había sido acusado por el Gobierno por supuestos atropellos.
Páez, nacido en Venezuela, se puso a la cabeza de un movimiento denominado 'La Cosiata' con el que comienzó a enfrentar al Gobierno central de Bolívar. Finalmente, el presidente se reunió con él y aceptó un acuerdo, nombrándolo jefe civil y militar de Venezuela y dotándolo de una "semiautonomía".
La decisión de Bolívar despertó mayor descontento en los habitantes de otras zonas de la Gran Colombia como Guayaquil, Panamá o Cartagna, que reclamaban condiciones similares a las conseguidas por Venezuela.
El Gobierno decidió convocar, entre abril y junio de 1828, un congreso extraordinario en la ciudad de Ocaña, en un intento por acordar nuevos cambios a la Constitución que apaciguaran las aguas. Sin embargo, los enfrentamientos entre delegados de Bolívar y de Santander impidieron un acuerdo.
Finalmente, en agosto de 1828, Bolívar se declaró 'dictador' de la Gran Colombia, "en un intento de salvar la república". Sin embargo, apuntó el historiador, en ese proceso Bolívar "se alejó de muchos de los antiguos funcionarios civilistas y empezó a rodearse del clero y los militares, dos estamentos sospechosos para los demócratas".
El período de mayor autoridad de Bolívar tampoco logró calmar la situación y en 1830 decidió renunciar a la Presidencia tras el Congreso Admirable de enero de 1830, dejando en ese lugar al entonces vicepresidente Domingo Caicedo. El estado de división que ya imperaba en el territorio, hizo que la disolución de la Gran Colombia se precipitara y se diera formalmente en noviembre de 1831.
Bolívar, en tanto, murió en diciembre de 1830 en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, donde pasó sus últimos días. A sus 47 años, Bolívar falleció producto de una tuberculosis.