¡Hasta el infinito y más allá! Murió uno de los ufólogos más respetados de Suramérica

Zerpa nació en Uruguay el 4 de diciembre de 1928 y se radicó en Argentina en 1950, pero fue recién nueve años después que su vida empezaría a girar en torno a los extraterrestres.

Desde 1959, cuando Zerpa tuvo su primer avistaje, no paró de investigar sobre el tema, convirtiéndose en uno de los ufólogos más respetado de Suramérica. Escribió más de 20 libros y produjo una decena de documentales sobre el fenómeno OVNI.

​El hombre que pasó medio siglo indagando sobre la vida extraterrestre falleció este 7 de agosto en el Sanatorio de Anchorena, en el barrio porteño de Recoleta, donde fue internado para realizarse unos chequeos médicos. 

Su extensa carrera como divulgador de uno de los temas que desde tiempos inmemorables ha desvelado a la humanidad, contó en varias entrevistas que iba a bordo de un avión de la Fuerza Aérea cuando vio algo que le cambiaría la vida. Era una especie de bolígrafo de metal, sin alas, ni hélice, ni ventanillas. El extraño aparato detuvo su vuelo, giró a gran velocidad y se perdió en el infinito. 

"Aquella sigue siendo una experiencia inolvidable, el acicate para mover lo que siempre tuve desde niño, que es el afán de investigar. Ese aparato raro, extraño para mi cultura y conocimiento de entonces, movilizó mi mayor inquietud espiritual: la investigación", le dijo a Tiempos en 2009.

​Los temas que investigó fueron desde lo sobrenatural a la vida extraterrestre, sobrevolando los campos energéticos, las vidas pasadas, los chakras, las cartas natales y la armonización espiritual, entre tantas otras materias sobre las que disertó. 

Desde todos los rincones de Suramérica se hicieron presente en las redes los mensajes de afecto por su fallecimiento.

​También hubo mensajes de actrices argentinas que poco se relacionan con la ufología, como el de la comediante Charo López.

​La Fundación Landrú recordó con afecto a Zerpa, y contó que fue muy amigo del humorista gráfico argentino Juan Carlos Colombres, conocido popularmente como Landrú.