Según el Instituto de Recursos Mundiales —WRI, por sus siglas en inglés—, 17 países, hogar de una cuarta parte de la población mundial, presentan indicadores de estrés hídrico extremadamente alto. Es decir, consumen en promedio más del 80% de su agua disponible cada año. Según el Banco Mundial, a esta región enfrentará las mayores pérdidas económicas debido a la escasez de agua relacionada con el clima, estimadas entre el 6 y el 14% del PIB para el año 2050.
Así, los embalses de Chennai, la sexta ciudad más grande de la India, estuvieron casi secos en algún momento. El año pasado, los residentes de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), evitaron por poco un corte de agua. Y el año anterior, Roma racionó el agua para conservar los escasos recursos.
Aunque la mayoría de los países donde la situación del agua es más crítica se encuentra en Oriente Medio. Además, cuatro naciones iberoamericanas —Chile, España, México y Portugal— se encuentran entre las 44 que enfrentan a un estrés hídrico alto, o sea, consumen anualmente más de un 40% del agua a su disposición.
"Esta brecha tan estrecha entre la oferta y la demanda deja a los países vulnerables a las fluctuaciones como las sequías o el aumento de las extracciones de agua, por lo que vemos que cada vez más comunidades enfrentan sus propios 'día cero' y otras crisis", afirmó el WRI.
El término día cero es usado para indicar el día en que el suministro de agua deja de ser libre y el acceso al líquido vital pasa a ser racionado. En 2018, Ciudad del Cabo (Sudáfrica), por ejemplo, pasó por una extrema crisis hídrica y logró evitar por poco su propio día cero.
¿Cómo reducir el estrés hídrico?
Las medidas que pueden ayudar a reducir el estrés hídrico van desde el uso de sentido común por parte de la población hasta la aplicación de alta tecnología por parte de las autoridades competentes y Gobiernos.
Estas son, según el WRI, las tres medidas más sencillas que pueden ser tomadas para evitar la escasez de agua:
- Aumentar la eficiencia agrícola. Los agricultores pueden utilizar semillas que requieran menos agua y mejorar sus técnicas de riego mediante el uso de riego de precisión en lugar de inundar sus campos.
- Invertir en infraestructura gris y verde. La investigación del WRI y del Banco Mundial muestra que la infraestructura construida (como tuberías y plantas de tratamiento) y la infraestructura verde (como los humedales y las cuencas hidrográficas sanas) pueden trabajar en conjunto para abordar los problemas de suministro y calidad del agua.
- Tratar, reutilizar y reciclar. Hay que dejar de pensar en las aguas residuales como residuos. Tratarlas y reutilizarlas crea una nueva fuente de agua. El Instituto de Recursos Mundiales subraya que "hay tendencias innegablemente preocupantes" en lo que se refiere al suministro mundial de agua. Solamente la toma de medidas urgente y la inversión en una mejor gestión del líquido vital será capaz de resolver estos problemas.
El Instituto de Recursos Mundiales subraya que "hay tendencias innegablemente preocupantes" en lo que se refiere al suministro mundial de agua. Solamente la toma de medidas urgente y la inversión en una mejor gestión del líquido vital será capaz de resolver estos problemas.