El ministro se mostró "incómodo por los esfuerzos" de algunas de las partes implicadas en la investigación por "acusar demasiado rápido" a "ciertos países y ciertas personas" mientras la investigación sigue su curso.
Abdullah también ha asegurado que las relaciones bilaterales con Moscú no se han visto afectadas por el siniestro del MH17.
"Hoy en día, Malasia y Rusia tienen opiniones similares en lo que respecta al caso del avión derribado (…) Lo más importante es que al final nos estamos moviendo en la misma dirección", ha dicho.
El ministro se ha mostrado crítico con que los países occidentales implicados en la investigación nieguen a las autoridades malayas acceder sin restricciones a ella. Cree que ello evita a Malasia conocer todos los detalles.
"Como participantes de pleno derecho en el proceso, estamos seriamente preocupados por lo que está sucediendo. Malasia pide a todos los que participan en la investigación que se mantengan lo más imparciales posible y que nos den la oportunidad de revisar el expediente del caso", ha añadido Abdullah.
El 17 de julio de 2014, el vuelo MH17 de las líneas aéreas malasias, que cubría la ruta entre Ámsterdam (Holanda) y Kuala Lumpur, se precipitó a tierra tras ser alcanzado por un misil en el este de Ucrania. A bordo de la nave viajaban 298 personas, en su mayoría holandeses; ninguno sobrevivió.
Los fragmentos del Boeing fueron hallados en las proximidades del poblado de Grábovo, cerca de la ciudad de Torez de la provincia de Donetsk, en el territorio controlado por las milicias de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD).