El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la formación izquierdista Unidas Podemos no alcanzaron un acuerdo para compartir responsabilidades ministeriales, lo que implica la posibilidad de que los españoles tengan que acudir a las urnas el 10 de noviembre. Esa sería la cuarta convocatoria de elecciones parlamentarias en cuatro años.
¿Cuáles han sido las razones de este fracaso de las fuerzas de izquierda?
El gurú: En toda negociación de este tipo existe un consultor político, un spin doctor, un gurú iluminado. El de esta historia se llama Iván Redondo, y actualmente es nada menos que el jefe de gabinete de Sánchez, aunque era amigo de Iglesias hace tres años. Redondo fue el ideólogo de la moción de censura que echó del poder a Mariano Rajoy. Ahora pareciera interesado en repetir los comicios para que el PSOE arañara más representantes a Podemos y sus aliados. Su gestión se encuentra actualmente en la cuerda floja.
Las filtraciones: Los medios de comunicación afines a cada bando publicaron filtraciones interesadas, informaciones que impidieron sobremanera la discreción del esfuerzo de los dos principales negociadores, la vicepresidenta del Gobierno socialista, Carmen Calvo, y el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique. Fiel a su papel de perseguir el interés público, la prensa reprodujo conversaciones entre ambos y sus respectivos equipos. En una de ellas Calvo le decía a Echenique que a la patronal le "inquietaba" la eventualidad de que Podemos se hiciera cargo del Ministerio de Trabajo. También se desveló que la Vicepresidencia había manipulado un documento de trabajo que les había entregado sus interlocutores, al cambiar en el título la palabra "propuestas" por "exigencias".
La falta de tiempo: En Alemania las negociaciones para formar el Ejecutivo duraron casi seis meses. En España se perdieron casi 80 días por falta de altura de Estado. Al final, cuando arrancó el diálogo, sólo quedaban cinco jornadas antes de la investidura. Todo discurrió contrarreloj, lo que desató muchas tensiones y no pocas confusiones.
¿Y ahora qué? ¿Cuáles son las consecuencias?
División interna. El fracaso ha desatado una fuerte discusión dentro de Unidas Podemos. Uno de sus diputados más reconocibles, Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, la formación que engloba al Partido Comunista de España (PCE), está dispuesto a votar a favor de Sánchez en una nueva votación, incluso sólo a cambio de un acuerdo programático, es decir, sin pedir un puesto en el Consejo de Ministros. También se han escuchado voces autocríticas en el seno del PSOE por la ausencia de visión política o la tardanza negociadora.
El escenario electoral no es nada propicio. Podría darse el caso de que Madrid siguiera en octubre con un Gobierno en funciones —y muy limitado— como hasta ahora, pero además con un Congreso y un Senado no constituidos. Septiembre se presenta muy intenso. Octubre es el mes previsto para la sentencia del Tribunal Supremo contra los políticos independentistas catalanes acusados de rebelión y sedición. Y el 31 de octubre es la fecha límite para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), con la amenaza de un Brexit salvaje sobre la cabeza de todos.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK