"Las manifestaciones en la calle y los actos de violencia en Hong Kong continúan ya durante más de un mes, afectando drásticamente el estado de derecho, el orden público, la economía, el bienestar de la población y la imagen internacional de Hong Kong", dijo en una rueda de prensa dedicada a la situación en Hong Kong.
"El estado de derecho es una base de un buen ambiente de negocios de Hong Kong, una piedra angular de la estabilidad y la prosperidad", dijo el político al agregar que "no se debe observar con indiferencia como un pequeño grupo de personas lo pisotea de manera impune".
Al mismo tiempo, Yang agradeció a la policía de Hong Kong su trabajo durante las protestas.
"Comprendemos muy bien una gran presión que se ejerce sobre los policías de Hong Kong y sus familias y quiero aprovechar la ocasión para expresar nuestro altísimo respeto a los policías de Hong Kong, que permanentemente están en servicio, desempeñan sus funciones oficiales y sufren humillaciones para cumplir con su deber", indicó.
Quienes impugnan la normativa temen que daría luz verde para entregar a Pekín a disidentes políticos, además de funcionarios corruptos.
El 15 de junio el Gobierno suspendió el controvertido proyecto de ley, pero se negó a revocar por completo las enmiendas correspondientes.