De acuerdo con el experto, existen al menos tres buenas definiciones del término depresión como el periodo en el que…:
- …la calidad de vida de población se desploma considerablemente.
- … se liquidan las distorsiones y las asignaciones erróneas de capital.
- …los negocios viven los momentos críticos en su ciclo económico.
Casey destaca que cualquier desastre natural o cuando la gente vive mucho tiempo por encima de sus posibilidades pueden causar la depresión. Sin embargo, la peor crisis no solo tiene sus efectos económicos sino sus propias causas.
"¿Entonces qué es capaz de provocar las distorsiones en el modo en el que el mercado opera y hacer que la gente emprenda acciones no razonables y antieconómicas? Solo las acciones del Gobierno… es decir la coerción que se realiza en forma de regulación de impuestos e inflación de la moneada", escribe Casey en su artículo.
Según el experto, el Gobierno siempre induce a la gente a comprar o vender bienes que nunca habría comprado o la obliga a invertir en los instrumentos que no tienen sentido.
Como resultado, estas asignaciones erróneas de capital reducen la calidad de vida. No obstante, el serio desastre surge cuando estas asignaciones se acumulan hasta un grado no sostenible y la realidad empieza a empujar a las empresas a la quiebra. Esta es la razón por la que se producen las bancarrotas, los desplomes por deuda y aparece el desempleo.
"La reducción de la tasa de interés hace que la gente ahorre menos y se endeude más, esto es lo que han hecho los estadounidenses durante muchos años. Una gran cantidad de nuevo dinero creado – a raíz de la disminución del tipo de interés– invade el mercado bursátil", recalca.
Toda esta secuencia de eventos parece ser buena hasta que los precios no comienzan a crecer, como consecuencia retardada del aumento del volumen de dinero invertido en la economía, y las tasas de interés no vuelve a subir. Este es el momento en el que las empresas se declaran en quiebra, las bolsas se desploman y los precios de los bonos colapsan.
En vez de permitir que el mercado se reajuste por sí mismo, el gobierno usualmente pasa a ofrecer nuevos estímulos, contratando a nuevos empleados y haciendo inversiones con ayuda del dinero prestado. Cuanto más lo hace, más arraigadas se hacen las distorsiones en el modo en el que la gente consume bienes e invierte recursos. Como resultado, la depresión final se agrava aún más.
"Esta es la causa por la que predigo que la siguiente Gran Depresión será mayor. Será la que entrará en los libros de récords: será diferente, más duradera y peor que el colapso producido entre el 1929 y el 1946", concluyó.