Donde hace unos años había solo despojos y chatarra, ahora hay movimiento y trabajo. En un pueblo que late desde su nacimiento al ritmo del traqueteo de las formaciones sobre los rieles, ver renacer el transporte y la industria del ferrocarril tanto en el país como en sus entrañas es mucho más que una sensación de progreso.
"Cuando cerraron el taller y nos despidieron, yo pensé en mi pueblo. Me dije: 'Mechita desaparece'. Si se terminaba el ferrocarril, se terminaba mi pueblo", contó a Sputnik Aníbal Benítez, de 60 años, habitante de Mechita desde los cinco años y trabajador ferroviario desde 1978.
"Es un orgullo inmenso, agradezco mucho que me hayan invitado a ser parte del rearmado del establecimiento, de lo que se puede ver acá. El cambio que hubo del 2017 a la fecha, en tan poco tiempo, en un año y medio, hemos logrado una verdadera transformación y creo que va a ser mucho más grande", dijo Aníbal, quien hoy trabaja en Recursos Humanos del taller.
El taller ferroviario de Mechita volvió a la vida gracias a la apuesta inicial de 3 millones de dólares de TMH, que se prepara para la construcción de una nueva planta y modernización de la infraestructura que llevará una inversión de 70 millones de dólares en los próximos 10 años.
Se trata de la primera planta ferroviaria que será realizada con impulso extranjero en el país desde la década de 1960.
Identidad ferroviaria
Mechita es uno de esos pueblos de Argentina que nacieron con el avance del tren de pasajeros a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Fue fundado en 1904 como consecuencia de la construcción de un taller de mantenimiento de la línea Sarmiento del Ferrocarril Oeste, la primera del país, que llegó a extenderse desde la ciudad de Buenos Aires hasta la Provincia de la Pampa.
Luego de décadas de desinversión del sistema ferroviario nacional y del vaciamiento de la empresa pública Ferrobaires –que administró las líneas de transporte de pasajeros interurbanos (media y larga distancia) entre 1993 y 2017–, los talleres de Mechita fueron clausurados en 2011.
Hoy en el taller trabajan 55 personas y se calcula que dará empleo de manera directa a unas 400 personas (1.200 de forma indirecta) una vez que la nueva planta entre en funcionamiento, entre 2021 y 2022. Allí se realizará la reparación, montaje y fabricación de locomotoras, vagones y coches de pasajeros tanto eléctricos como diesel, con participación de proveedores y contratistas locales.
"El sistema ferroviario argentino requiere de modernización y ampliación. El Gobierno lanzó un ambicioso plan y hay una demanda insatisfecha tanto a nivel país como regional. En Rusia pasó lo mismo. Hace 15 años, comenzó un plan de modernización que llevó a los ferrocarriles rusos a la vanguardia mundial. Hoy son conocidos y valorados en todo el mundo. Estas son inversiones de largo plazo. Nuestro compromiso es con la Argentina, así que estamos aquí para quedarnos", dijo a Sputnik Thibault Desteract, presidente de TMH Argentina.
Primera en América
Mechita será la primera planta industrial en América en disponer de una vía de prueba dinámica de más de 1,5 kilómetros, la cual tendrá catenaria multitensión para pruebas de material rodante eléctrico.
Además, se espera que Mechita se convierta en un polo de desarrollo ferroviario, con un centro de investigación y desarrollo, que fomente la posibilidad de que se sumen al predio nuevos proveedores de todo el mundo, explicó Desteract.
Esta apuesta por convertir a Mechita en el primer clúster ferroviario del país es parte de potente plan de inversiones que está dispuesto a realizar TMH en Argentina, con un total anunciado de 200 millones de dólares en diferentes proyectos ferroviarios.
Lo que comienza a ocurrir en Mechita podría ser el comienzo de una reactivación de la red ferroviaria tan esperada por los argentinos. Mientras muchas de las licitaciones en curso se mantienen en suspenso supeditadas a los vaivenes de la economía y a la incertidumbre política en épocas de campaña electoral, los habitantes de estos pueblos ferroviarios siguen esperando que los rescaten del olvido.
El lunes 15 de julio de 2019, la línea de larga distancia del Sarmiento, que nace en la estación porteña de Once, volvió a parar después de cuatro años en Bragado, uno de los dos municipios entre los que se divide el pueblo de Mechita. El servicio estuvo interrumpido desde que colapsaron dos puentes luego de una crecida del Río Salado en 2015.
Esa madrugada, cientos de vecinos de este pueblo de 2.000 habitantes se acercaron a celebrar el regreso del tren. Aníbal contó que cuando se acercó a la estación esa noche, antes de que llegara la formación, no pudo contener las lágrimas.