La Procuradoría de París no ve culpa en el fabricante Airbus y afirma que la compañía cometió "negligencia e imprudencia" al no ofrecer a los pilotos las informaciones suficientes sobre cómo reaccionar ante los fallos de las sondas que controlaban la aeronave, a pesar de varios incidentes similares ocurridos antes del accidente.
La caída del vuelo AF 447 en el Océano Atlántico se produjo el 31 de mayo de 2009 y sus 228 pasajeros y tripulantes de 34 nacionalidades murieron en el accidente más grave en la historia de la compañía francesa.
Las dos cajas negras del avión pudieron rescatarse dos años después, sumergidas a 3.900 metros de profundidad.
Las investigaciones apuntaron que la formación de hielo durante el vuelo en las sondas Pitot provocó una interrupción en la medición de la velocidad de la aeronave, un Airbus A330, y desorientó a los pilotos.