Este 16 de julio en Ucrania —país donde además del ucraniano se habla, entre otros idiomas, en ruso, polaco, rumano, eslovaco y húngaro— entró en vigor la ley 'Sobre la garantía del funcionamiento del idioma ucraniano como estatal' firmado en mayo pasado por el entonces presidente, Petró Poroshenko, que prevé el uso exclusivo de esta lengua en la esfera pública.
La ley establece que a partir de este 16 de julio, el uso del idioma ucraniano es obligatorio para las autoridades nacionales y locales, todas las instituciones educativas, los hospitales y el sector servicios. Las excepciones se aplicarán únicamente a la comunicación privada y a los ritos religiosos.
"Este tema no es un asunto interno de Ucrania, nos oponemos categóricamente a esta interpretación", dijo Nebenzia.
El diplomático ruso afirmó que esa ley contradice todas las convenciones sobre la protección de los intereses de las minorías nacionales y los derechos humanos básicos.
Los ciudadanos rusohablantes de Ucrania, según Nebenzia, no son una minoría nacional en el sentido tradicional del término.
Nebenzia llamó a los miembros del Consejo de Seguridad a hacer una evaluación imparcial de la ley sobre el idioma en Ucrania.
"Ustedes pueden seguirles el juego a los políticos desacreditados (...) encabezados por el expresidente Poroshenko y pretender que la ley sobre el idioma estatal debe percibirse con calma y sin críticas, o dar una clara señal de que la lucha por la preservación de la identidad nacional y cultural no debe limitarse a la violación de los derechos de la población rusoparlante", subrayó.
La aprobación de la ley ucraniana sobre el idioma, según Nebenzia, es una decisión puramente política, que no tiene en cuenta la opinión de la población de Ucrania, la situación actual del país y las peculiaridades de la sociedad multiétnica ucraniana.
"A fin de no seguir una lógica tan perversa y extremadamente peligrosa para Ucrania, proponemos hoy enviar una clara señal de apoyo de los miembros del Consejo de Seguridad a la unidad y la cohesión de los ucranianos en vez de dividirlos", dijo el diplomático.
Subrayó que solo en este caso el Consejo de Seguridad podrá probar, "no con palabras sino con acciones", su compromiso común con los Acuerdos de Minsk, que "Ucrania ha eludido de todas las maneras posibles".
El representante de Rusia ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Alexandr Lukashévich, había advertido que esa ley dividiría a los ucranianos en aquellos que dominan el idioma oficial y los "parias", que tendrán restringidos sus derechos a estudiar, recibir atención médica y otros servicios sociales.
A su vez, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, denunció que dicha ley prevé excepciones para el inglés y otros idiomas que se hablan en la UE, es decir, va dirigida justo contra la lengua rusa, "la cual es hablada por la mayoría de la población de Ucrania y que es lengua materna para muchos".