En un debate televisado con su rival al cargo de primer ministro, Jeremy Hunt, el excanciller Boris Johnson no solo evadió respaldar al funcionario sino resaltó la "buena relación" que ha establecido con la Casa Blanca.
En la Cámara de los Comunes, la primera ministra interina, Theresa May, realizó una intervención que se ha asumido como una crítica a Johnson por esta actitud.
"Espero que la Cámara refleje la importancia que tiene defender nuestros valores y principios, particularmente cuando nuestros funcionarios están bajo presión", dijo.
El líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, tuiteó al respecto: "La negativa de Boris Johnson a respaldar a Kim Darroch demuestra que no se plantará ante Donald Trump ni defenderá al Reino Unido".
Boris Johnson’s refusal to support Kim Darroch shows he won’t stand up to Donald Trump, or stand up for Britain. Johnson wants a sweetheart trade deal with Trump that would open our NHS to US corporate takeover. I'll never let another country's leader choose who represents the UK
— Jeremy Corbyn (@jeremycorbyn) July 10, 2019
Sir Alan Duncan, secretario de Estado en Exteriores y partidario de Hunt, acusó a Johnson, que fue su anterior jefe, de arruinar la carrera del distinguido diplomático, cuya jubilación estaba anunciada para final de año.
"Boris Johnson, un excanciller que espera ser primer ministro, ha empujado a nuestro alto diplomático bajo el autobús", denunció.
El saliente líder liberal demócrata, Vince Cable, urgió a la jefa interina del Gobierno a nombrar al nuevo embajador en Washington antes de desalojar Downing Street, la semana del 23 de julio, según el calendario previsto.
"Creo que quienquiera que filtró sus telegramas diplomáticos ha perjudicado seriamente a nuestros funcionarios, a la gente que asesora imparcialmente a los ministros", señaló a la BBC el excanciller.
El Gobierno ha abierto una investigación "a gran escala" para esclarecer cómo y quién accedió, distribuyó y filtró las comunicaciones confidenciales de la Embajada en Washington.
Aunque inicialmente no se descartó la injerencia de un "Estado hostil" en la operación, funcionarios británicos apuntan a una filtración política más que a un pirateo informático, según informaron al Comité Parlamentario en Exteriores.
"Temo que haya más [filtraciones]", respondió a los diputados sir Simon McDonald, secretario permanente en la Cancillería.
El alto funcionario confirmó en la sesión del comité que la Policía está colaborando en la investigación.