"La negociación ha sido infructuosa", lamentó en rueda de prensa Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados.
Pedro Sánchez fue el claro ganador de las elecciones del pasado 28 de abril en España, aunque necesita el apoyo de otras fuerzas políticas para ser investido en el Congreso de los Diputados, que el próximo 23 de julio votará su candidatura a la presidencia del Gobierno.
La falta de acuerdo entre ambas partes se debe, sobre todo, a las divergencias sobre cómo debe ser el próximo Gobierno de España: el PSOE exige gobernar en solitario mientras que Unidos Podemos pide ocupar varios ministerios.
"Entendemos que anteponen los nombres a los contenidos", afirmó Adriana Lastra, que acusó a Iglesias de "impedir la posibilidad de que España tenga un Gobierno de izquierdas".
Ambos partidos intercambiaron reproches en las últimas horas, acusándose mutuamente de no estar dispuestos a ceder para facilitar la gobernabilidad del país.
En ese sentido, Iglesias incidió en que la intención de Sánchez de formar un Gobierno monocolor sin disponer de mayoría absoluta "va en una dirección contraria a lo que ha votado la ciudadanía".
Para salir elegido Sánchez necesitará el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados (176) en la primera votación de la sesión de investidura, pero actualmente sólo tiene garantizados los 123 votos del PSOE y uno del Partido Regionalista Cántabro.
En caso de no conseguir mayoría absoluta en la primera votación, Sánchez podrá ser investido en una segunda votación con una mayoría simple en la que el número de síes y abstenciones sea mayor que el de votos en contra.
Si dos meses después del primer intento de investir a Sánchez el Congreso de los Diputados sigue sin haber sido capaz de nombrar a un presidente para la nueva legislatura se procederá a una repetición electoral, tal y como establece la Constitución Española para esa contingencia.