El exmandatario estaba internado en una clínica privada de la ciudad de Buenos Aires desde el pasado 28 de enero por problemas cardiovasculares.
Previamente, a principios de este año, había sido intervenido quirúrgicamente y estuvo varios días en cuidados intensivos también por complicaciones en el aparato cardiovascular.
Sus últimos días en el cargo estuvieron marcados por protestas, en las que perdieron la vida más de 30 personas, saqueos a supermercados y mucha presión política local e internacional.
Nacido en la ciudad de Córdoba el 15 de septiembre de 1937, De la Rúa se recibió de abogado, con honores, y de inmediato se involucró en la actividad política, sumándose a las filas de la Unión Cívica Radical.
En 1973 fue electo senador, cargo que ocupó hasta el golpe de Estado en 1976 encabezado por el general Jorge Rafael Videla.
Tras el regreso a la democracia, en 1983, volvió a obtener un escaño en el Senado entre 1983 y 1989, y entre 1993 y 1996; además, entre 1991 y 1993 fue electo diputado.
En su segundo periodo como senador, y como presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, De la Rúa se opuso a la ley de divorcio que finalmente sería aprobada en el Congreso en 1987.
La ley habilitó a que las personas divorciadas pudieran volver a casarse, y eliminó la pena de prisión para quienes luego de divorciarse vivían en concubinato con otra persona.
Presidencia
De la Rúa asumió la presidencia de Argentina el 10 de diciembre de 1999, tras obtener 48,5% de los votos, derrotando a la fórmula del peronismo, que encabezaba Eduardo Duhalde, y que recogió 38,09% de los sufragios.
Para entonces, la economía argentina ya presentaba síntomas de estar asomándose a la gravísima crisis que haría colapsar al país dos años después y terminar con el mandato del político cordobés.
Ya en 2000 el desempleo alcanzaba a casi 15% de la población activa y 30% de los argentinos estaba en situación de pobreza; una cifra importante, pero aun así inferior a la que se había encontrado cuando asumió como presidente.
Obligado por sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno aplicó recortes de hasta 20% en los salarios de los empleados públicos, los docentes y los integrantes de las fuerzas de seguridad.
También las jubilaciones sufrieron recortes y decenas de miles de empleados públicos fueron despedidos, entre otras medidas tendientes a reducir el presupuesto.
Para comienzos de 2001, más de la cuarta parte de la población activa estaba sin empleo, un máximo histórico para el país sudamericano, y la economía seguía su carrera hacia un abismo que se volvía cada vez más inevitable.
El primer día del último mes del año, el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, el tercero de la gestión de De La Rúa, que todavía no cumplía dos años, estableció el llamado "corralito", limitando la cantidad de dinero que los ciudadanos podían retirar de los bancos.
La medida incluía la prohibición de enviar dinero al exterior del país y la obligación de realizar la mayor parte de las operaciones comerciales mediante cheques, tarjetas de crédito o de débito.
Las autoridades tenían previsto extender la ordenanza por 90 días, pero nunca llegaron a cumplir con ese plazo.
Que se vayan todos
La creciente situación de pobreza y desempleo, sumado a la impopularidad de las medidas económicas, derivó en protestas y movilizaciones cada vez más frecuentes y masivas.
Muchas de estas manifestaciones incluían cortes de rutas y avenidas, medidas conocidas como "piquetes", que se popularizaron en Argentina durante los últimos días de 2001.
El 19 de diciembre se produjeron saqueos a supermercados en varias ciudades del país, al tiempo que los enfrentamientos entre la población y las fuerzas de seguridad se agravaban, y sumaban ya varios muertos a manos de la policía y los grupos de choque.
Esa misma noche, con el sonido de fondo de los "cacerolazos" y al grito de que "se vayan todos" como unánime repudio al Gobierno, el presidente De La Rúa decretaba el Estado de Sitio.
"Nuestro país vive horas difíciles, que muestran la culminación de un largo proceso de deterioro (…) Los problemas hay que afrontarlos, y eso estamos haciendo", expresó el mandatario en un mensaje emitido en cadena nacional.
Nadie sabía aún que al Gobierno le quedaban menos de 24 horas de vida.
Pese al Estado de Sitio, las manifestaciones y los enfrentamientos recrudecieron.
En las dos jornadas de furia murieron al menos 36 personas, entre ellos varios menores, y los heridos se contarían por miles.
Sin apoyo político ni económico, y con el país en las calles expresando su descontento con el Gobierno y la clase política en general, el presidente tomó la decisión de dimitir.
A las 19:45 del 20 de diciembre De la Rúa presentaba su renuncia.
"Al señor presidente provisional del honorable senado, ingeniero Ramón Puerta: Me dirijo a usted para presentar mi renuncia como Presidente de la Nación. Mi mensaje de hoy para asegurar la gobernabilidad y constituir un Gobierno de unidad fue rechazado por líderes parlamentarios. Confío que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República. Pido por eso al honorable Congreso que tenga a bien aceptarla", decía el texto.
Minutos después, De la Rúa subió a la azotea de la Casa Rosada (sede del Gobierno) y dejó el edificio en un helicóptero, una acción que será por siempre el símbolo de la crisis más grave que sufrió Argentina en su historia.
Juicios
Años después el expresidente fue señalado por quien fuera secretario de Seguridad de su Gobierno, Enrique Mathov, como el responsable de haber ordenado la represión, que costó la vida a más de 30 personas en todos el país.
Aunque fue procesado junto a varios comisarios y otras autoridades policiales, en 2008 la justicia revocó por falta de mérito el procesamiento del exmandatario.
El expresidente fue absuelto en 2013.
Durante una entrevista con el diario El País de Madrid con motivo de los 15 años de los hechos de 2001, De la Rúa culpó a la oposición política de entonces e incluso al Fondo Monetario Internacional, por lo sucedido aquel mes de diciembre.
En esa misma entrevista se lo consultó sobre su dimisión y su posterior salida en helicóptero.
"Fue un renunciamiento patriótico", afirmó.