En el último episodio de un proceso que lleva casi una década, los pobladores del municipio de Ixcamaxtitlán (Puebla) probaron —tras un proceso de investigación que llevó siete años— que la empresa 'Almaden Minerals' acabará con el agua disponible para las más de 120 comunidades del municipio, de población indígena y rural en su amplia mayoría.
En la audiencia pública que forma parte del proceso de aprobación legal de la explotación minera (realizada el 25 de junio de 2019 en Santa María Zotoltepec) argumentaron cómo la explotación a cielo abierto de un polígono de 1.050 hectáreas (dentro de las 14.000 hectáreas en dos concesiones que la empresa llama Proyecto Ixtaca) acabará en cinco años con las reservas subterráneas de agua de la zona y afectará directamente al río Apulco (la explotación se ubica en la cabecera del río) que recorre más de 170 kilómetros para brindar su aporte de agua dulce al Golfo de México.
"Lo hemos demostrado con datos, argumentos técnicamente sólidos y con testimonios de la vida de las personas que, le diría, son incuestionables", dijo a Sputnik, Alejandro Marreros, miembro de la Unión de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida Atcolhua, una de los organizaciones participantes de la reunión.
"Las comunidades han procesado la información y han determinado que el proyecto minero representa una amenaza para su vida, para su lugar. No sólo por la contaminación que significa una mina a cielo abierto, la amenaza más sentida es el asunto del agua", explicó.
La investigación
A partir de una investigación que comenzó en 2014 con el acompañamiento de la organización civil Poder —explicó Marreros a Sputnik— pudieron identificar "irregularidades y anomalías que estaba cometiendo la empresa", que obtuvo su concesión del subsuelo en 2001 y comenzó a explorar en 2009. Las comunidades no supieron hasta 2011 que había un proyecto que avanzaba sobre sus pueblos.
Una de las anomalías es que la empresa reportó estar haciendo perforaciones de hasta 700 metros de profundidad para explorar el terreno, cuando la norma oficial mexicana permite que la profundidad máxima sea de aproximadamente 190.
"Por otro lado, identificamos que la empresa presentó un tipo de información en los boletines para sus inversionistas, en su mayoría en inglés; y otro tipo de información al Gobierno mexicano, concretamente a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)", dijo Marreros.
La fuente explicó que en el documento presentado para conseguir la aprobación ambiental para la explotación minera, la empresa sostiene por un lado que no usará agua subterránea y luego que sí la utilizará.
"Pero cuando procesamos sus datos vimos que a partir del quinto año pretenden duplicar su producción, por lo que les van a faltar casi 2.000.000 de metros cúbicos de agua cada año a partir de entonces", explicó Marreros.
"Nosotros demostramos que, para operar, la minera sí requiere agua subterránea", afirmó.
Los datos que dieron la razón a los pobladores
Según la fuente consultada por Sputnik, en la manifestación de impacto ambiental del Proyecto Ixtaca, presentado por 'Almaden Minerals' puede leerse lo siguiente:
- La mina sostiene que usará 0,7 metros cúbicos de agua para procesar cada tonelada de roca que extraiga de la mina a cielo abierto; pretende procesar 7.600 toneladas de roca al día.
- Así, durante los primeros cuatro años de operación, la mina usaría alrededor de 5.400 metros cúbicos de agua al día, "los cuales representan el doble de la cantidad de agua que usan las más de 120 comunidades de Ixtcamaxtitlán en su conjunto", señaló Marreros, "ya nada más ese dato es impresionante".
- Ese consumo diario implica la extracción de 1.900.000 metros cúbicos de agua al año, para procesar roca y extraer de ella mineral.
- La empresa construirá dos presas, una que almacenará 1.800.000 metros cúbicos de agua y otra de 300.000 metros cúbicos para surtirse de agua para su operación, que juntas le brindan 2.100.000 metros cúbicos de agua.
- Al quinto año, la minera anuncia que duplicará la cantidad de roca que procesará, saltando de 7.650 a 15.000 toneladas por día. Eso, lógicamente, implica duplicar el consumo de agua para su producción, que subiría a 4.000.000 metros cúbicos al año.
Piden que el proyecto sea rechazado por presentar 'información falsa'
"Si en las dos presas que van a construir pueden almacenar 2.100.000 metros cúbicos de agua, al quinto año de operación les faltarán 2.000.000 de metros cúbicos de agua", explicó Marreros.
"Con los propios datos que ellos proporcionan demostramos que la mina sí va a usar agua subterránea, además de que va a desmontar (quitar la vegetación), afectando la capacidad de filtración del agua de lluvia hacia los manantiales y capas subterráneas", apuntó.
Aunque ya existe una sentencia judicial que declaró estas concesiones ilegales, el proyecto minero está ahora en manos de la Secretaría de Medio Ambiente mexicana, que puede rechazar el manifiesto de impacto ambiental presentado por la empresa.
"No estamos dando observaciones para que se corrija el manifiesto, estamos dándolas para que se le niegue, tomando en cuenta que la empresa presentó información falsa y que eso está previsto dentro de la norma como razón para que niegue", sostuvo Marreros.
Para el activista, "haber demostrado esto en la audiencia pública fue un acto histórico, no sólo para nuestra región, sino para los procesos de participación de la población en los asuntos que incumben a su vida, sobre todo los procesos extractivos que ponen en riesgo la vida de las personas dónde están habitando".