El éxito de Panamá en materia de crecimiento económico no tiene parangón en la América Latina de los últimos 25 años. El país centroamericano creció en un cuarto de siglo un promedio de 5,9% cada año, tasa sólo comparable a la de las más prósperas naciones asiáticas. Pero la distribución de esa riqueza no ha generado los efectos deseados y de acuerdo al nuevo presidente, Laurentino Cortizo, su nación es la "sexta más desigual del mundo".
Por esto, inmediatamente luego de su toma de posesión, el nuevo mandatario anunció un plan para reactivar la economía. A pesar de que no se conocen detalles, adelantó que incluirá la promoción de asociaciones público privadas, el fomento de la inversión privada en infraestructura, y la promoción de las actividades agrícolas, que actualmente aportan menos del 5% del PBI.
Morán destaca además el renovado discurso de dar "importancia a mejorar la institucionalidad" y combatir la corrupción, dos problemas que han atentado, entre otras cosas, contra la distribución de la riqueza.
"Las reglas del juego deben ser sumamente claras. Y creo que las señales de esta nueva administración han ido en ese sentido, en lograr fortalecer la institucionalidad. Sabemos que si hay mejores instituciones el crecimiento va a ser fuerte, duradero e inclusivo. Esa es una de las señalizaciones que ha hecho el nuevo gobierno y que como economistas vemos con muy buenos ojos", analizó.