Corredoras sin piernas que volvieron a competir, músicos sin brazos que volvieron a tocar, niños sin manos que volvieron a sonreír. Hay una clínica en México que regala bendiciones a quienes habían perdido las esperanzas.
El Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) de Oaxaca, es la primera institución de América Latina que dona prótesis elaboradas con impresoras 3D. Se trata de instrumentos de alta tecnología que cuentan con un software que toma el molde de la sección donde va a colocarse el implante para que cubra casi en un 100% la funcionalidad de la extremidad faltante.
"Si un paciente necesita la prótesis para hacer su vida cotidiana, ir al banco, al supermercado, caminar por la calle, esas son las funciones que le otorgamos. Pero si es para deportistas, se requiere una de alta complejidad para que cubra sus necesidades, y eso también lo podemos hacer", dijo a Sputnik el doctor José Antonio Vargas Zurita, director general del CREE.
Inaugurado en 2016, les tomó solo un año comenzar la elaboración de prótesis y ortesis, produjeron 42. Al siguiente, 25. Cada uno de los implantes alcanza un costo de entre 80.000 y 90.000 pesos mexicanos, unos 4.200 y 4.700 dólares. Todas fueron donadas a los pacientes gracias al apoyo federal y estatal.
"Hay listas interminables de pacientes. Es por eso que a los candidatos se les hace un estudio socioeconómico. Además, seleccionamos en base al estado físico en que se encontraban, ya que para la utilización de una prótesis se necesita fortalecer el muñón mediante ejercicios. Esto es muy importante para que quede una forma adecuada y sin dolores, irritaciones o molestias que los hagan abandonar la prótesis", explicó el doctor.
El CREE se dedica a dos ramas de la medicina, la comunicación humana y rehabilitación física. Sus pacientes tienen discapacidades motoras, sensoriales e intelectuales. Cuentan además con servicios paramédicos como terapia física, ocupacional y de lenguaje, y un laboratorio donde fabrican aparatos ortopédicos y protésicos.
Cada año la clínica evoluciona más. Trabaja con fibra de carbono de origen alemán. Algunos de los casos con los que trabajan requieren prótesis de alta complejidad.
"Es una gran satisfacción por que le cambiamos la vida a nuestros pacientes. Hicimos instrumentos para una nadadora que gracias a la tecnología pudo volver a competir. A una corredora logramos hacerle prótesis con rodillas flexibles para que volviera a correr. Un músico que por una descarga eléctrica perdió sus brazos, pudo volver volvió a tocar. Estudiantes que habían abandonado su preparación superaron la depresión y volvieron a concentrarse en sus carreras", sostuvo el director del CREE.
Es que a sus pacientes les dan un seguimiento constante. Para otorgarles los implantes se les hace firmar una carta donde se comprometen a seguir yendo a las terapias y a tener los cuidados necesarios para las prótesis, que tienen garantía de un año.
La idea es que las personas puedan volver a tener la vida que acostumbraban tener antes de sus accidentes. Pero los beneficios no son solo para los pacientes, es que la alegría y el amor son contagiosos.
"Nuestros pacientes tienen algunas discapacidades pero muchísimas capacidades. Aprendemos mucho de ellos, todos los días nos dan lecciones de vida", concluyó Vargas Zurita.