"Superamos una posible crisis económica y política mediante el acuerdo migratorio con EEUU (firmado el 7 de junio), que nos obliga a ser más estrictos en la aplicación de las leyes en la materia", dijo el mandatario, al conmemorar un año de su victoria electoral en la plaza principal del Zócalo, frente al Palacio Nacional, sede del Gobierno federal.
López Obrador celebró que los países miembros de G20 en una cumbre del fin de semana en Osaka, Japón, "adoptaron la propuesta nuestra, de atender la migración a través de la cooperación y el desarrollo".
El jefe de Estado ratificó la política exterior basada en la Constitución, de no intervención, solución pacífica de controversias, proscripción del uso de la fuerza, protección de derechos humanos, lucha por la paz y seguridad internacional.
En ese marco, celebró "la relación amistosa y de respeto con el pueblo y Gobierno de EEUU, y este proceder nos ha permitido evitar la confrontación que no consideramos conveniente para nadie", enfatizó en su mensaje ante decenas de miles de seguidores.
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El acuerdo migratorio permitió evitar la imposición de aranceles por parte de EEUU a productos mexicanos importados por ese país, una amenaza expresada por el presidente Donald Trump para presionar al Gobierno de López Obrador para que reforzara las operaciones contra la migración masiva que atraviesa su territorio.
Respeto al derecho a disentir
En el clima internacional, expresó que "ante la amenaza de potencias extranjeras, de poderes hegemónicos, vamos actuar unidos todos los mexicanos", para convertir a la segunda economía latinoamericana en "una potencia con dimensión social, grandeza moral y cultural".
Al referirse a su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), expresó que "no luchamos para construir una dictadura, sino por una auténtica y verdadera democracia, a favor del diálogo, de la tolerancia, de la diversidad y del respeto a los derechos humanos".
El líder de la izquierda nacionalista dijo que uno de sus principales objetivos es "separar el poder político del poder económico y que el Gobierno represente a todos y no solo a una facción".
En cuanto a sus 100 promesas de campaña, que leyó la noche de su victoria electoral en la misma plaza capitalina, aseguró que, desde el 1 de diciembre pasado a la fecha "se han cumplido 78 de los 100 compromisos en esta plaza hace siete meses".
El mandatario celebró además que el fin de semana comenzaron a operar los primeros 70.000 efectivos de la Guardia Nacional encargados de la seguridad pública.
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Sin embargo, reconoció que "se mantienen niveles de violencia que heredamos del antiguo régimen"; pero prometió que "pronto, muy pronto obtendremos más y mejores resultados".
El líder de 65 años, que ganó la presidencia en su tercera campaña electoral, dijo que los gobiernos anteriores habían sido "un comité al servicio de políticos corruptos y traficantes de influencias".
Enfatizó que la acción gubernamental se ejecutará con firmeza, "sin titubeos o medias tintas", pero acotó que "una cosa es actuar con prudencia, evitar la confrontación y garantizar las libertades sagradas, y otra cosa muy distinta es la indefinición".
El partido Morena "tiene como objetivo superar para siempre el régimen corrupto y despiadado que prevalecía", proclamó.
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Reconoció no obstante que la economía está creciendo poco, pero a renglón seguido enfatizó que "no hay recesión y ahora es menos injusta la distribución del ingreso, con más desarrollo y más bienestar".
Uno de los pasajes más extensos fue la enumeración de los programas sociales, distribuidos en forma directa a los beneficiarios, sin intermediarios, como becas a estudiantes, pensiones para adultos mayores y discapacitados, créditos agrícolas y siembra de árboles frutales y maderables.