"Hemos presentado nuestro presupuesto a consideración del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en una cifra mucho menor que 10 millones de dólares" mencionados por el portavoz en una entrevista publicada el fin de semana por un diario local, dijo Mesa en diálogo con la prensa.
El expresidente aseguró que la declaración de Ayo había sido objeto de una "manipulación grosera" por parte del oficialismo, que postula al presidente Evo Morales para un cuarto mandato consecutivo en las elecciones generales convocadas para el 20 de octubre.
Oficialistas y sectores de la oposición rivales de Mesa se mostraron incrédulos ante la revelación del que sería el presupuesto de campaña electoral más alto en la historia reciente en Bolivia.
La crítica más fuerte provino del vicepresidente Álvaro García, quien sugirió en un discurso que "ese dinero viene de otro lado, no es de quermeses; viene del narcotráfico o viene de países extranjeros enemigos de Bolivia, enemigos de la soberanía y la dignidad de los bolivianos".
García, quien buscará la reelección junto con Morales, calificó a los supuestos millones de dólares de Mesa como "espurios, cochinos y mal habidos" y dijo que en cambio los candidatos oficialistas harán campaña "con la conciencia y el corazón de bolivianos, con el esfuerzo de la gente humilde".
Mesa dijo que aceptó la renuncia de Ayo para evitar que el Gobierno siga intentando sacar provecho de su declaración.
Pero la polémica ya estaba en medios y redes, en los que se publicaron en la mañana dos cartas de dimisión de Ayo: Una que resultó ser falsa y en la que criticaba un supuesto complot dentro de la misma candidatura y otra, la verdadera, en la que dijo haber cometido un error aunque sin desmentir ni confirmar su referencia a los 10 millones de dólares.
"Sabíamos que iban a inventar, que era el mejor momento para generar noticias falsas (...). Asumo mi culpa, asumo mi error, probablemente no sirvo para vocero", lamentó el portavoz renunciante ante reporteros.
El expresidente es, según diversas encuestas, el mejor posicionado para enfrentar a Morales, quien aparece invariablemente en los sondeos de intención de voto como el favorito con hasta diez puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo.
Mesa, historiador y comunicador, fue vicepresidente y sucesor del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien está refugiado en Estados Unidos desde octubre de 2003, tras renunciar a su segundo mandato a causa de una ola de protestas sociales que dejaron más de 60 muertos.