De acuerdo al ingeniero Miguel Ponce, experto en comercio exterior de Argentina y director del Centro para el Comercio Exterior del Siglo XXI, el acuerdo no puede criticarse ni festejarse "hasta que no se conozca la letra chica" y llega en un momento en que ambos bloques coinciden "en las urgencias de dar mensajes políticos".
"En particular en el Mercosur quién más estuvo empujando es Mauricio Macri, que quería hacer este anuncio para poder utilizarlo como principal bandera y logro de su gestión (de cara a la campaña electoral)", apuntó en diálogo con Sputnik.
"En el caso de (Jair) Bolsonaro" —agregó— "se encuentra también en un momento difícil con caída en sus índices de popularidad. Y sobre todo a partir del tema del ministro (Sérgio) Moro y las denuncias, a lo que se suma la llegada de uno de sus hombres a España con 39 kilos de cocaína".
Por su parte, en Europa, la canciller alemana Angela Merkel fue la principal impulsora y la firma le dio el rédito que necesitaba. Pero también hubo grandes opositores como el presidente francés Emmanuel Macron, quien no dudó en condicionar la firma a la participación de Brasil en el acuerdo contra el Cambio Climático de París.
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Francia, tradicionalmente proteccionista de su industria agrícola y ganadera, deberá ceder y permitir la entrada sin aranceles de productos del Mercosur; comparativamente más eficientes y potencialmente problemáticos para la sostenibilidad de su industria nacional. El Mercosur, por su parte, recibirá bienes manufacturados europeos que pondrán en riesgo a los tambaleantes sectores manufactureros de Brasil y Argentina.