"Hay 13 implicados en el caso", dijo a los periodistas el abogado Dmitri Natarius.
Los tres más recientes, agregó, son empleados de la compañía Transneft-Druzhba.
Se sospecha que los implicados robaron combustible por valor de aproximadamente un millón de rublos (unos 15.850 dólares al cambio actual) y, para ocultar su crimen, inyectaron en las tuberías material sucio, que contenía cloruros orgánicos.
Rusia despacha a Europa Central y del Este decenas de millones de toneladas de crudo anuales por la red de tuberías Druzhba.
A finales de abril pasado, el trasiego de combustible se suspendió por concentración excesiva de cloruros orgánicos, que pueden acelerar la corrosión en tuberías y otros equipos.
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En mayo se reanudó parcialmente el bombeo del petróleo limpio en Bielorrusia, Ucrania y más tarde en Eslovaquia, República Checa y Hungría.